Cuando uno se inicia en el mundo de los wargames el primer problema al que se enfrenta es elegir ejército. Los factores que mediatizan la elección son múltiples, y tomados más o menos en cuenta según la opinión del nuevo jugador: que estéticamente me guste, que sea bueno en el campo de batalla, que tenga muchas/pocas miniaturas, que sea fácil de pintar, que no lo tenga mucha gente, que me guste por historia o trasfondo...
A veces, si el juego gusta, puede ser que se lance a coleccionar un segundo ejército, o que se curre uno para otro sistema.
Por mi parte tengo dos o más ejércitos/bandas/equipos de cada juego a los que juego o he jugado, excepto Epic. Tampoco es que Epic me gustase demasiado como para lamentar tener un ejército en dique seco, pero hoy en día -y por esta zona- no hay nadie que disponga de un ejército de Epic, así que un montón numeroso (¡y costoso!) de miniaturas está ahí cogiendo polvo. Pero, ¿y si tuviese dos ejércitos?

Aunque, como friki de pro, llevaba acarreando un gran número de miniaturas de distintos juegos desde mis inicios, no empecé a considerar seriamente la idea de los ejércitos a pares hasta DBA. Con DBA sucede que, a pesar de ser un juego histórico, puede darse la circunstancia de que te encuentres dirigiendo a tus espartanos contra un ejército inglés medieval, lo cual, ciertamente, no es demasiado histórico. Esto se debe a que a ti te puede gustar más la Antigüedad y a tu amigo la Edad Media, pero en ningún caso el encuentro va a ser del todo satisfactorio para ninguno de los dos. Pero, ¿qué pasaría si ambos tuvierais un par de ejércitos? Siguiendo con el ejemplo, imaginad que tú tienes espartanos y atenienses y tu amigo ingleses y franceses de la Guerra de los Cien Años. En ese caso el resultado podría ser una tarde de batalla en la que podríais jugar dos escenarios históricos: tú dejas tus atenienses a tu amigo para enfrentarse a tus espartanos y él te deja los franceses para luchar contra sus ingleses.

Otra ventaja de tener ejércitos a pares es algo que venía dando vueltas hace tiempo y que encontré siendo debatido en un post de Warseer hace unos días: la posibilidad de probar juegos distintos.
Personalmente no me llaman demasiado los napoleónicos. Encuentro demasiado peculiar el arte de la guerra durante ese periodo y no estaría motivado para pintar un ejército de los tiempos napoleónicos en ninguna escala. Pero eso no quiere decir que no me gustase jugar una partida de napoleónicos. Si mi amigo Fulanito tiene a los hombres de Wellington y a los de Napoleón listos para la batalla estaría encantado de probar el juego. Incluso de repetir cualquier otro día la batalla. Aunque seguiría sin ganas de pintar napoleónicos.
Del mismo modo puedo devolver a mi amiguete su generosidad invitándole a jugar a Uncharted Seas. A lo mejor no le gusta especialmente la idea de un juego de combate naval entre barcos de fantasía, pero tengo dos flotas pintadas, el tapete azul y la escenografía, y él no tendría que poner más que ganas de pasar la tarde probando algo nuevo. ¿Que no quiere hacerse una flota para jugar otro día? No pasa nada, siempre podrá hacerlo usando una de las mías.

Lo importante de todo esto es que los pares de ejército sean equilibrados: nadie querrá jugar con tus "gamusinos vs aliens" si los gamusinos son claramente mejores. Pero, a partir de ahí, esta es una de las mejores opciones para descubrir las innumerables facetas de esta afición. Si te gusta mucho el juego X sin duda tendrás ya más de un ejército de él pero, poniendo en práctica esta idea, podrás jugar a los juegos que gusten a tus amigos sin tener que gastar un euro más. Y eso, en estos tiempos, es un grandísimo plus.