Nisia fue una potencia relativamente importante antes del apogeo del Antiguo Imperio, bajo cuyo poder cayó rápido. En torno a 1500-800 años antes de la era actual los marineros nisios exploraron los mares buscando tierras que explotar y negocios que realizar. Probablemente el primer territorio en ser colonizado por ellos es Apoikies; no tan cerca como Shamiria, pero habitada por individuos mucho menos hostiles.
Apoikies fue el lugar de destino para segundos y terceros hijos de las familias humildes nisias que no podían dividir aun más sus tierras de cultivo. Las maneras y usos de los nuevos habitantes de Apoikies resultaban del todo indistinguibles de las de los isleños, y se puede afirmar que, a todos los niveles, Apoikies es una región más de Nisia.
Los nisios son fecundos en sus mitos, y uno de los más antiguos cuenta la historia de Taramis, la princesa mestiza que ganó un nuevo país para sus compatriotas.
En la necrópolis real de Archaios se conserva una tumba que muestra el nombre de Nereus el Navegante, y es probable que este realmente existiera, pero no podemos saber si los hechos que se le adjudican son ciertos, si realmente es el fundador de Pentinesos (aunque los habitantes de esta colonia así lo afirman) y si ganó el honor de desposarse con una guerrera de Oxania. Parece complicado, aunque no imposible, y Siremis es un nombre etimológicamente oxanio.
Tampoco sabemos si Nereus tuvo hijos y qué sucedió con estos, pero lo cierto es que la dinastía de la que formaba parte terminó con él, lo que daría origen a una larga serie de tiranos. Hay quien ve en esta circunstancia un resquicio para afirmar que la Historia concuerda con lo que el mito cuenta sobre Taramis.
El mito de Taramis sigue los esquemas tradicionales, con una heroína que ha de realizar un rito de paso, fracasa, ha de atravesar una "noche oscura", y una mentora la redime; entonces supera una series de pruebas y se alza con la victoria final. Su historia también cuenta que el tradicional final de la protagonista desapareciendo, pudiendo volver a regresar en tiempos de necesidad. Y, desde luego, muchos lo aceptan como tal, porque el culto heroico a Taramis y Manteia está muy extendido, existiendo templos por todo el área cubierta por la expansión del Antiguo Imperio, e incluso más allá (el tholos de Taremis y Manteia es uno de los más celebrados lugares de culto en Mek-Idesi).
La parte más prosaica es la que considera que la relación entre Taramis y Manteia fue una forma de asentar la aceptación pública de la relación entre dos mujeres en la cultura nisia que, hasta entonces, y en el mejor de los casos, negaba como una realidad inexistente.
Las imágenes de los templos muestran a Taramis como una joven de cuerpo atlético, ataviada con una armadura de escamas de factura oxania, un arco corto en un carcaj vacío, y una lanza de representación abierta. Manteia se presenta embozada en una capa o sobretodo con capucha, y un cinturón del que cuelgan infinidad de bolsas, sacos y pequeñas botellas, mientras sostiene un cayado en una mano y extiende la otra hacia delante.
El aspecto de Apoikies tiene mucho que ver con la Tracia de nuestro mundo, y sus ecosistemas son similares volviéndose más agrestes cuanto más se alejan de la costa. Pero Adamastos es una versión mucho más salvajes de los bosques mediterráneos que podemos encontrar en los Balcanes. Se trata de forestas oscuras y amenazantes, que no han sido ocupadas por humanos por muy buenas razones.
La inspiración para Adamastos es una Arcadia llena de criaturas mitológicas pasadas por un filtro de bosque oscuro.
La frontera con este nuevo mundo, el río Eresteo, ya es toda una declaración de intenciones. Sus aguas están pobladas por ninfas, que tanto pueden mostrarse amistosas como homicidas. Lo que habita en los bosques es difícil de decir desde la otra orilla del río, pero se trata, posiblemente, del lugar de mayor presencia y actividad feérica de Nemus junto con Las Ciénagas.
En atención a lo que los entendidos proclaman saber, las criaturas más numerosas en Adamastos son los faunos de vida alegre y desenfrenada en sus instintos. También afirman haber escuchado el trotar de centauros y el mugir de minotauros, pero más al interior parece haber gigantes en abundancia, así como criaturas aun más terribles, como quimeras, hidras y mantícoras. Hay quien afirma incluso que en lo profundo del bosque se encuentran ruinas inimaginables de civilizaciones pretéritas pero, seguramente, se trate de rumores sin fundamento.
La situación de Adamastos, en las fronteras del Reino Cerrado parece similar a lo que sucede en Las Ciénagas, donde los drow conviven en simbiosis con las criaturas feéricas que comparten sus tierras. En el caso del Reino Cerrado los elfos parecen considerar a las criaturas de Adamastos como los mejores vecinos deseables, ya que estos no acostumbran a sobrepasar las fronteras élficas (no en demasiadas ocasiones al menos) y parecen mantener a buena distancia a los humanos y cualquier otro visitante indeseado.
Apoikies fue el lugar de destino para segundos y terceros hijos de las familias humildes nisias que no podían dividir aun más sus tierras de cultivo. Las maneras y usos de los nuevos habitantes de Apoikies resultaban del todo indistinguibles de las de los isleños, y se puede afirmar que, a todos los niveles, Apoikies es una región más de Nisia.
Los nisios son fecundos en sus mitos, y uno de los más antiguos cuenta la historia de Taramis, la princesa mestiza que ganó un nuevo país para sus compatriotas.
En la necrópolis real de Archaios se conserva una tumba que muestra el nombre de Nereus el Navegante, y es probable que este realmente existiera, pero no podemos saber si los hechos que se le adjudican son ciertos, si realmente es el fundador de Pentinesos (aunque los habitantes de esta colonia así lo afirman) y si ganó el honor de desposarse con una guerrera de Oxania. Parece complicado, aunque no imposible, y Siremis es un nombre etimológicamente oxanio.
Tampoco sabemos si Nereus tuvo hijos y qué sucedió con estos, pero lo cierto es que la dinastía de la que formaba parte terminó con él, lo que daría origen a una larga serie de tiranos. Hay quien ve en esta circunstancia un resquicio para afirmar que la Historia concuerda con lo que el mito cuenta sobre Taramis.
El mito de Taramis sigue los esquemas tradicionales, con una heroína que ha de realizar un rito de paso, fracasa, ha de atravesar una "noche oscura", y una mentora la redime; entonces supera una series de pruebas y se alza con la victoria final. Su historia también cuenta que el tradicional final de la protagonista desapareciendo, pudiendo volver a regresar en tiempos de necesidad. Y, desde luego, muchos lo aceptan como tal, porque el culto heroico a Taramis y Manteia está muy extendido, existiendo templos por todo el área cubierta por la expansión del Antiguo Imperio, e incluso más allá (el tholos de Taremis y Manteia es uno de los más celebrados lugares de culto en Mek-Idesi).
La parte más prosaica es la que considera que la relación entre Taramis y Manteia fue una forma de asentar la aceptación pública de la relación entre dos mujeres en la cultura nisia que, hasta entonces, y en el mejor de los casos, negaba como una realidad inexistente.
Las imágenes de los templos muestran a Taramis como una joven de cuerpo atlético, ataviada con una armadura de escamas de factura oxania, un arco corto en un carcaj vacío, y una lanza de representación abierta. Manteia se presenta embozada en una capa o sobretodo con capucha, y un cinturón del que cuelgan infinidad de bolsas, sacos y pequeñas botellas, mientras sostiene un cayado en una mano y extiende la otra hacia delante.
El aspecto de Apoikies tiene mucho que ver con la Tracia de nuestro mundo, y sus ecosistemas son similares volviéndose más agrestes cuanto más se alejan de la costa. Pero Adamastos es una versión mucho más salvajes de los bosques mediterráneos que podemos encontrar en los Balcanes. Se trata de forestas oscuras y amenazantes, que no han sido ocupadas por humanos por muy buenas razones.
La inspiración para Adamastos es una Arcadia llena de criaturas mitológicas pasadas por un filtro de bosque oscuro.
La frontera con este nuevo mundo, el río Eresteo, ya es toda una declaración de intenciones. Sus aguas están pobladas por ninfas, que tanto pueden mostrarse amistosas como homicidas. Lo que habita en los bosques es difícil de decir desde la otra orilla del río, pero se trata, posiblemente, del lugar de mayor presencia y actividad feérica de Nemus junto con Las Ciénagas.
En atención a lo que los entendidos proclaman saber, las criaturas más numerosas en Adamastos son los faunos de vida alegre y desenfrenada en sus instintos. También afirman haber escuchado el trotar de centauros y el mugir de minotauros, pero más al interior parece haber gigantes en abundancia, así como criaturas aun más terribles, como quimeras, hidras y mantícoras. Hay quien afirma incluso que en lo profundo del bosque se encuentran ruinas inimaginables de civilizaciones pretéritas pero, seguramente, se trate de rumores sin fundamento.
La situación de Adamastos, en las fronteras del Reino Cerrado parece similar a lo que sucede en Las Ciénagas, donde los drow conviven en simbiosis con las criaturas feéricas que comparten sus tierras. En el caso del Reino Cerrado los elfos parecen considerar a las criaturas de Adamastos como los mejores vecinos deseables, ya que estos no acostumbran a sobrepasar las fronteras élficas (no en demasiadas ocasiones al menos) y parecen mantener a buena distancia a los humanos y cualquier otro visitante indeseado.
Muy interesante entrada, a mí me ha recordado al bosque primordial de Bosque Mitago. Aunque me gusta pensar que además de criaturas de regusto clásico hay también cosas mucho más antiguas, retorcidas y primigenias...
ResponderEliminarPues me lo leí en su día. Aunque lo cierto es que no recuerdo gran cosa, lo mismo quedó algo en el subconsciente.
Eliminar