Nemus: la ruina de los elfos

La Caída de Thara
Al norte del Mar Central, al sur de las tierras conocidas hoy como Las Ciénagas, se alzó en un tiempo la isla de Thara.
La isla de Thara, extensa y hermosa, salpicada de bellísimas ciudades de altas torres, era la capital de la talasocracia élfica: un reino de islas y costas que se extendía por las tierras bañadas por el Mar Central. Puestos comerciales, fuertes y barrios mercantiles cubrían la línea costera, enviando innumerables bienes y riquezas a Thara. Las razas jóvenes comerciaban gustosamente y, cuando alguna se mostraba hostil, el Alto Rey enviaba una misión militar para pacificar a las tribus revoltosas.

Dibujo de Jonathan Guzi
Pero un día la Gran Sierpe habló. Su templo, en lo alto de la montaña de fuego del centro de Thara, tembló con estrépito, y el aliento de la serpiente del mundo surgió en forma de malolientes vapores. Los oráculos y magos se reunieron para interpretar la voz de la Gran Sierpe, pero el día siguiente volvió a rugir. Y esta vez se agitó, y las ciudades de Thara sufrieron sus sacudidas. Las torres cayeron causando grandes males, y la población, asustada, abandonó sus hogares y acudió a los campos, temiendo quedar sepultada por sus propias casas.
Tras tres días de deliberaciones los augures decidieron que, para aplacar a la Gran Sierpe, el Alto Rey debería ofrecer en sacrificio en lo alto del templo al más blanco e inmaculado de sus corceles, como una imagen de la espuma de las olas doblegada a la serpiente del mundo. Allí subió el rey con larga comitiva pero, justo cuando alzaba el mandoble ritual, la Gran Sierpe rugió con furia.
Allí mismo perecieron el rey y sus nobles. Los sacerdotes y los magos. Porque la propia montaña estalló. Una tormenta de fuego y rocas ardientes llovió sobre las ciudades más cercanas aniquilando a sus habitantes.
Y con el fuego llego el aliento de la sierpe. Negro como la noche, ardiente como el sol. Barriendo toda la isla, acabando con sus pobladores allá donde se encontraban.

Ni siquiera Adramath el Navegante consiguió escapar. La flota que dos días antes había dispuesto para sacar de Thara a aquellos que temían la respuesta de la sierpe fue barrida por titánicas olas.
Y tampoco se salvaron las colonias. Allí observaban asombrados la gigantesca nube negra que se alzaba en la lejanía cuando contemplaron con gran sorpresa como el mar se retiraba, dejando a la vista su lecho y dejando encalladas las naves que varaban en los puertos. Y cuando más y más gente se reunía para contemplar el inusual espectáculo el mar regresó. Con furia inusitada, con una gran ola, como las murallas de una fortaleza. Abatiéndose sobre los puertos, destrozando las ciudades, llevándose a sus gentes.

Pero las calamidades no terminaron ahí, porque los oscuros vapores de la Gran Sierpe cubrieron los cielos con una inmensa capa de nubes de absoluta oscuridad. Ni siquiera los rayos del sol la atravesaban, y así llegó el Largo Invierno.
Las cosechas se malograron y la hambruna se extendió entre los supervivientes. La calamidad fue compartida por pueblos lejos de la costa que, en su desesperación, atacaron las colonias élficas buscando sustento, o riquezas con las que pagar unos alimentos que nadie podía ofrecer.

La semilla entre las cenizas
Solo aquellas costas que se encontraban lejos de Thara se salvaron de las consecuencias de su destrucción. Aunque no del Largo Invierno.
Y solo una de las colonias élficas tuvo esa suerte: la ciudad-puerto de Cildraeth.


Un puñado de colonos y una legión al mando del príncipe Osmeril. Eso fue todo cuanto quedó de la talasocracia élfica.
Sabedor de lo que acontecía en otras colonias, Osmeril actuó con celeridad cerrando el istmo que unía las tierras bajo su dominio con el resto del continente. Allí levantó con mucho esfuerzo Terfyn Cerryg, la ciudad muralla, para contener las incursiones de las razas jóvenes.
Así fundó el príncipe Osmeril el Reino Cerrado. Sobreponiéndose al dolor declaró entonces que el esqueje de Thara había sido plantado. La raza élfica tenía ante sí un futuro incierto, y tal vez oscuro, pero un futuro, al fin y al cabo. Un nuevo comienzo.

Pavesas en la noche
No todos los colonos perecieron con el gran tsunami, la hambruna o los saqueos. Algunos de entre ellos se integraron en las sociedades de las razas jóvenes, donde su dominio de las artes fue muy apreciado, alcanzando gran consideración como orfebres, arquitectos, músicos, herreros...
También sobrevivieron algunas legiones. Unos cuantos oficiales, inteligentes o afortunados, reagruparon los horriblemente diezmados restos de guarniciones y legiones expedicionarias, y se encaminaron hacia el interior. Encontraron valles escondidos, islas lacustres y algunos otros lugares donde establecerse y un puñado de ellos lograron sobrevivir.

Perdiendo la sofisticación de la talasocracia caída, pero con la resolución y la capacidad de adaptación de los desesperados, estos supervivientes ya no fueron llamados altos elfos, si no elfos grises; por el color de su destino, y de sus estandartes y ropajes cubiertos de cenizas.
Ardientes pavesas que vagan en el cielo nocturno cuando la hoguera colapsa.

Comentarios

  1. Thara... Thera... Santorín... hummmm.
    :)

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    1. Jijijiji ^_^
      Más el sábado en las notas de diseño ;)

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    2. Está bien basarse en hechos históricos, darles un poco de color... Por cierto, el mapa me recuerda vagamente al mar Egeo, con el Peloponeso, etc... muy deformados, eso sí.

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    3. la caída de la civilización minoica más o menos...

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    4. @Emilio, más o menos si le echas imaginación, pero ya visteis que lo generé de forma semi-aleatoria (vamos, aleatoria hasta que me gustó el resultado). Después es pasar horas mirando el mapa e imaginar qué sociedades podrían adaptarse ahí de forma factible.

      @Feuermann, xactamente ;)

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    1. Gracias.
      Lo prometido es deuda, ahí lo tienes para lo tuyo :)

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  3. Me esta encantando el toque que le estas dando a Nemus, y el estilo de los elfos me ha gustado bastante, sobre todo esas referencias a la civilización Minoica (ser una Talasocracia y el tema terremoto/Volcan). Tengo ganas de saber más sobre como se relacionan con las otras razas, por cierto al final los elfos siempre acabamos cobrando XD.

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    1. En las notas del sábado daré algunos apuntes más, a ver qué os parecen ;)

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  4. Me gusta. Un transfondo mas inspirador que el de GW, en mi opinión. Da juego para hacer transfondos propios elaborados pero coherentes. Habra alguna Gondolin? :-)

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    1. Uno de mis objetivos era ese: dejar espacio a que cada cual pueda crear un trasfondo propio... qué te voy a contar :)

      Me gustan los elfos crepusculares. Culpable.

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  5. Un 10 por este trozo de trasfondo. Llevo siguiendo tus post desde hace tiempo y los de Nemus me encantan. Es algo que creo que todo friki hemos intentado hacer y muy pocos habéis ido logrando :). Me ha encantado especialmente esta historia de los elfos y su caída por un medio natural. Las ambientaciones fantásticas están saturadísimas de señores oscuros, males ancestrales etc como motivos de caída de los imperios. Me gusta mucho sí, mucho más que la de los drow por ejemplo, que veo más recurrente al estereotipo.

    Saludos!

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    1. Gracias, Hispanus :)
      Es un motivo de alegría cuando los lurkers dais el paso de dejar un comentario. Cuando menos es una señal de que el post en cuestión va por el buen camino. Aunque parezca tontería se aprecia mucho.

      El sábado las notas de diseño de los elfos. Aunque en líneas generales ya habéis citado los puntos clave.

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  6. Perdón por tardar en comentar. La idea de la atlántida-minos-pompeya siempre ha sido una catástrofe muy recurrente para explicar la caída de las civilizaciones. Los elfos grises también era una de esas cosas que se echaban en falta en el mundo de warhammer. (El concepto de los sombríos nunca me convenció.)

    El reino cerrado también mola. Los elfos somos como una discoteca con derecho de admisión. Echo de menos una descripción de la actual situación política de los altos elfos, su cultura y sus creencias actuales, etc... :D

    Habría que añadir que los dragones altos elfos no pudieron volar por que la ceniza les obturaba las fosas nasales...XD

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    1. En el trasfondo original de finales de los 80 sí había una distinción entre altos elfos (que bebían directamente de Tolkien) y los llamados "elfos marinos", que fueron los que terminaron dando lugar al trasfondo que conocemos hoy (bueno, al de hace dos telediarios).
      Quizás la clave está en diseñar un trasfondo donde uno no acabe siendo víctima del grimdark hasta el paroxismo que termina convirtiendo un mundo en una parodia insostenible.

      Mi idea es ir pintando todo esto por capas. Si entrase a definir cada facción en profundidad es posible que tuviese que cambiar muchas cosas porque otras les pisasen. Tomad esto como una descripción a grandes rasgos sobre quién está donde y cómo es.

      Dragones... bueno, serán menos comunes de lo habitual. No me convence la imagen de un ejército de elfos tamaño estándar con tres dragones. Es una estampa bastante ridícula.

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