Escenografía: Ciudad Perdida I

Últimamente he estado dando vueltas a la idea de una ciudad en ruinas. Me parece que ofrece muchas opciones a nivel de juego, pero no termina de seducirme la tradicional Mordheim. A mi me resulta más interesante algo tipo Osgiliath o -mucho mejor aun y mucho menos visto- como Fornost, en un entorno verde, en el que no hay ninguna actividad demoníaca devorando la ciudad si no la propia naturaleza (mucho más bonito visualmente y mucho más poético).

Por supuesto no me he planteado hacer Fornost a 1:1, pero con ese tema general es con el que he comenzado el proyecto. 

En honor a la verdad he de decir que comencé con un edificio mediano y uno grande, pero creo que ir publicando las estructuras de menor a mayor hará que el resultado tenga mayor sentido del espectáculo.

El primer conjunto de escenografía lo forman cinco restos de paredes. No quería que fuesen muros sin más (de los que ya tengo una amplia colección [este, este, este y este]), si no paredes algo más altas que, en la mayoría de su extensión, impidan la línea de visión, pero que tengan puntos en los que un arquero sí pueda apostarse.

 

Los materiales utilizados han sido, fundamentalmente, cartón corrugado grueso y poliestireno de bandejas alimentarias.

Llevaba ya un tiempo guardando este tipo de bandejas para realizar un proyecto así, y la montaña creciente que estaban formando ha sido una de las motivaciones principales para ponerme a ello.

El proceso es el siguiente. En un trozo de cartón dibujamos la forma que queremos. Usamos este cartón como plantilla para cortar el poliestireno en dos caras que vestirán el cartón. Texturizamos el poliestireno (no es como el azul o rosa de los aislantes, para este necesitaremos una piedra, por ejemplo) y dibujamos/tallamos los bloques de piedra. Pegamos las tres piezas guardando la horizontalidad de la base y los pegamos sobre la peana (en este caso madera de cajas de fresas).

Una vez seco rellenamos todos los bordes con pasta para baldosas. Opcionalmente podemos tallar en ella líneas que continúen las piedras de uno y otro lado.

El pintado es el habitual de pinceles secos y lavados. Suelo utilizar en casi todo el musgo que me enseñó Pauix hace años, pero en este proyecto he insistido en ello para reforzar la idea de que la naturaleza está reclamando los restos de la ciudad.

En el fondo del croma he utilizado una ilustración del artista checo Tomas Duchek. Aquí tenéis su ArtStation.