Aventurera bárbara

Esta miniatura también estaba en una de las cajas de "no sé qué hacer con ello". Aunque la miniatura en sí está chula (me gustan especialmente las filigranas de la coraza), su delgadez me daba mucho miedo, porque no estaba seguro del resultado cuando la pegase y si resultaría demasiado quebradiza. Después de muchas tentativas me decidí por montarla y pintarla.






Mi principal temor con esta miniatura era el brazo de la lanza, que se une al resto de la miniatura a la altura del codo. La muchacha es de miembros delgados, y un único punto de anclaje con la lanza al ataque era muy frágil. Para solucionarlo hice un apaño uniendo el asta al casco, para contar con dos puntos de pegado y reforzar la integridad del modelo.

Pero había otro problema donde no lo esperaba. La guerrera está atacando a la carrera, y se apoya únicamente de puntillas sobre un pie. No es que se vaya a romper simplemente porque sí, pero durante las fases finales del trabajo con la miniatura me sorprendió verla muy torcida: solo por sujetarla entre índice y pulgar había combado peligrosamente el modelo. Volví a colocarla en su posición con cuidado, pero no me ofrece mucha confianza para ponerla realmente en la mesa de juego. Igual son tonterías mías, pero hay miniaturas que, aunque me parecen estupendas, no me seducen para comprarlas porque las veo tan frágiles que sé que no me atrevería a usarlas.

Para el pintado usé mis colores naturales habituales. No sabía muy bien qué motivos dibujar en el escudo; pensé en dejarlo como cuero, pero quedaba muy soso y hacía muy monótona a la miniatura, así que al final recurrí a un diseño celtíbero.

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