En la segunda entrega de la ciudad perdida os traigo un conjunto de cuatro piezas más grandes: dos frontales de edificios derruídos, una esquina de edificio y una arcada.
Estas son piezas más grades que las anteriores paredes, pero también practicables. Las entradas enmarcan las puertas, que pueden ser atravesadas por miniaturas de tamaño humano, y la esquina del edificio presenta dos ventanas que harán las delicias de los tiradores. Por su parte los grandes arcos de la arcada (¿o quizás los restos de un acueducto?) pueden dar cabida a miniaturas incluso de tamaño ogro.
Esta puede que no sea la mejor de las fotografías, pero la vista aérea os permite haceros una idea de la superficie de las piezas. En las peanas he aprovechado recortes de poliestireno que he colocado como restos caídos de las paredes.
Y en esta foto desde atrás podéis ver los interiores de las piezas.
La arcada puede que no sea la pieza más útil a nivel de juego, pero me parece que, visualmente, queda muy bonita. El montaraz del norte sirve como referencia de escala al conjunto.
Una vez más las imágenes del croma son obra del artista checo Tomas Duchek. Su ArtStation aquí.
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