Este es uno de esos elementos de escenografía que más he tenido en stand by. Tallé la colina en poliestireno hace alrededor de 20 o más años, y se quedó desde entonces en lo alto de un armario.
Seguramente, por aquel entonces, me intimidó la perspectiva de gastar tanto césped electroestático. Además, dado que por su diseño estaba limitada a ser usada en las esquinas de la mesa, tenía (y tiene) mucha menos versatilidad que una colina normal.
En cualquier caso, después de tantos años, me he animado a terminarla. El diseño original incluía una zona con una depresión en la que el suelo estaba abierto formando un arenal; he sustituido esa parte por un roquedal que haga que encaje mejor con otros elementos de escenografía de la colección. Del mismo modo he colocado otro conjunto de piedras (puestas ahí por algún ser o por motivos naturales) para intentar romper la monotonía de la gran superficie superior.
Como con otras piezas de esta serie, las piedras son cantos rodados naturales. El único trabajo es un lavado y unas ligeras luces, así como el marcaje con zonas de musgo y líquenes.
Los bordes exteriores los dejé simplemente con el marrón de la capa base.
Aunque su diseño la limita a ser colocada en las esquinas, es un elemento grande, capaz de albergar en su cima varias piezas de artillería en juegos de batallas, y los apilamientos de piedras también ofrecen cierta protección y obstaculización de líneas de visión para juegos a nivel escaramuza.
Como con todos los elementos naturales, esta colina es útil tanto para ambientación fantástica como histórica (o incluso para ci-fi en mundos "verdes").
Estas dos fotos escénicas están hechas usando ilustraciones de los artistas Vanya Prodanova y Rafal Banasiak.
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