Tarot como motor de cartas

 Varios wargames utilizan cartas como motor para eventos o el propio juego. He tenido un contacto superficial con esta herramienta hasta haber leído Rangers of Shadow Deep. En este juego las cartas se utilizan para generar una serie de eventos aleatorios según lo que ocurra en el escenario en cuestión.

Para este y otros juegos se utiliza, habitualmente, una baraja francesa o de póker. Esto no tiene nada de malo en sí y, de hecho, funciona genial para permanecer en el tema en un juego de ambientación western. Pero no podía evitar pensar que, en otras temáticas, las cartas de póker rompen un tanto la atmósfera ("el elfo se mueve sigilosamente entre las sombras, demostrando su innata habilidad para desplazarse sin levantar una mota de polvo y, al doblar la esquina encuentra -veamos: tres de picas, trampa de pinchos-). Desde luego no es ningún drama, pero quedaría mejor algo que ayudase a no quebrar la ambientación y, con esa idea, estuve buscando cartas de póker que tuviesen unas ilustraciones coherentes con fantasía. No tuve mucho éxito: eran mayormente muy caras y, sobre todo, habitualmente solo tenían ilustración en las tres figuras, dejando el resto del palo tal cual. La cosa quedó ahí hasta que me dije "¿por qué no utilizar una baraja de tarot?". 

A fin de cuentas una baraja de tarot es una baraja tradicional con algunas cartas extras que forman los arcanos mayores.

 

Con barajas de tarot sí que hay muchas opciones de temas e ilustraciones y, tras estar un buen rato mirando, me decidí por una baraja llamada Forest of Enchantment. Aunque el estilo puede parecer un tanto infantil, la ambientación de cuentos populares y mitología me parecen adecuadas para utilizarlas como motor de cartas en un juego de fantasía para no romper la atmósfera. No solo eso, si no que son lo suficientemente evocadoras para improvisar algún juego de cuentacuentos estilo "Érase una vez".

 

Forest of Enchantment es un tarot con los cuatro palos habituales, pero estos han sido renombrados para armonizar con su temática. Así tenemos Hechizos, Visiones, Desafíos y Bendiciones, cada carta con una ilustración única, y aun más adecuadas para nuestros propósitos.

Esto es todo cuanto necesitamos para jugar a un wargame habitual (como Rangers of Shadow Deep). Pero los arcanos mayores también podrían utilizarse para escenarios personalizados, como eventos muy importantes en el juego. En el caso de Forest of Enchantment estos también están tematizados, con cartas como El Ciervo Blanco, El Señor del Bosque (una suerte de Cernunnos), El Anciano (un hombre-árbol), La Forja o El Ancho Mundo, entre otros hasta sumar otras 21 cartas.

Las ilustraciones, aunque algo naïves, son bonitas, con una paleta de colores coherente con la ambientación natural de toda la baraja, y los dorsos muestran unos simpáticos búhos posados en un roble. Las cartas en sí no tienen mucho reseñable, son cartas similares a las de cualquier baraja de juego, con una apariencia no especialmente resistente, pero aceptable, y con un tamaño de 5,8 x 12 cm aproximadamente.

Para usarlas -por ejemplo en Rangers of Shadow Deep- no hay más que identificar cada palo con uno de póker, digamos tréboles como hechizos, diamantes como visiones, picas como desafíos y bendiciones como corazones.