De entre los héroes musculosos de Robert E. Howard que quedaron eclipsados por el éxito de Conan aquel que más material conservó fue Turlogh el Negro.
Los Dioses de Bal-Sagoth es una recopilación de todos los relatos protagonizados por el héroe irlandés, incluyendo los fragmentos inacabados de Howard. Todas las historias están encuadradas en el siglo XI.
El volumen se abre con interpretaciones de la batalla de Clontarf, en la que Turlogh O'Brien aparece como secundario, entre el grupo de héroes gaélicos que combaten en el centro de las tropas de Brian Boru.
Posiblemente, en estos fragmentos encontramos las líneas más épicas de Robert E. Howard, con un estilo digno de los ciclos heroicos de la épica nórdica. Impresionante y muy recomendable.
En el relato El Hombre Oscuro encontramos el nexo de unión de Turlogh con Bran Mak Morn. Este texto ya aparecía en El Último Rey de los Pictos. Además sirve para presentar al enemigo íntimo de O'Brien, el sajón renegado Athelstane.
Los Dioses de Bal-Sagoth es el relato que da título a este volumen y el más extenso. También es el más loco y pulp de todos ellos.
Turlogh y Athelstane -peleados como siempre- naufragan en una isla que, por las referencias geográficas, debe estar por las Azores. Siguiendo el esquema pulp se topan con una damisela (vikinga) en apuros y, tras derrotar a un ave del terror, se encuentran con los descendientes de una antigua civilización (aparentemente atlantes).
Allí nuestros amigos gaélico y sajón se ven envueltos en una serie de conspiraciones teológicas y políticas de las que saldrán sin mucho beneficio, siendo rescatados por unos asturianos (!).
La Sombra del Huno es un texto de tamaño medio, pero inacabado. Por alguna razón Turlogh ha cruzado media Europa para terminar rescatando a un joven eslavo de unos perseguidores esteparios.
El eslavo lleva a Turlogh a su aldea, donde el líder narra a nuestro amigo irlandés que están en guerra con khan túrquico. O'Brien se apunta a la fiesta y comienza a trazar planes.
Lamentablemente el fragmento termina aquí.
En este volumen aparece también el relato El Túmulo del Promontorio, del que ya hablé muy positivamente en El Valle del Gusano y Otros Relatos.
Es un texto excelente, por lo que no está demás tenerlo aquí disponible para que llegue al mayor número posible de lectores. Posiblemente de lo mejor de Howard.
El libro se cierra con un cortísimo fragmento sin título en el que un héroe del Ulster propone a O'Brien unirse a él para rescatar a un noble cautivo de los vikingos. El texto es realmente breve, y apenas se puede atisbar la semilla de una interesante aventura.
Según cuentan los estudiosos de Robert E. Howard el éxito de Conan hizo que el texano reescribiese muchos relatos protagonizados por otros protagonistas para que encajasen con el mucho más rentable económicamente cimmerio.
Turlogh Dubh O'Brien es uno de estos personajes. El irlandés destaca porque todo parece indicar que Howard tenía mucho pensando para él, hasta el punto de poder convertirlo en algún tipo de novela histórica. Similar incluso en el físico a Conan, el proscrito irlandés tenía un enorme potencial. Sirva esta colección de textos para atisbarlo, disfrutar de los relatos completados y soñar con los que Howard solo bosquejo.
Los Dioses de Bal-Sagoth es una recopilación de todos los relatos protagonizados por el héroe irlandés, incluyendo los fragmentos inacabados de Howard. Todas las historias están encuadradas en el siglo XI.
El volumen se abre con interpretaciones de la batalla de Clontarf, en la que Turlogh O'Brien aparece como secundario, entre el grupo de héroes gaélicos que combaten en el centro de las tropas de Brian Boru.
Posiblemente, en estos fragmentos encontramos las líneas más épicas de Robert E. Howard, con un estilo digno de los ciclos heroicos de la épica nórdica. Impresionante y muy recomendable.
En el relato El Hombre Oscuro encontramos el nexo de unión de Turlogh con Bran Mak Morn. Este texto ya aparecía en El Último Rey de los Pictos. Además sirve para presentar al enemigo íntimo de O'Brien, el sajón renegado Athelstane.
Los Dioses de Bal-Sagoth es el relato que da título a este volumen y el más extenso. También es el más loco y pulp de todos ellos.
Turlogh y Athelstane -peleados como siempre- naufragan en una isla que, por las referencias geográficas, debe estar por las Azores. Siguiendo el esquema pulp se topan con una damisela (vikinga) en apuros y, tras derrotar a un ave del terror, se encuentran con los descendientes de una antigua civilización (aparentemente atlantes).
Allí nuestros amigos gaélico y sajón se ven envueltos en una serie de conspiraciones teológicas y políticas de las que saldrán sin mucho beneficio, siendo rescatados por unos asturianos (!).
La Sombra del Huno es un texto de tamaño medio, pero inacabado. Por alguna razón Turlogh ha cruzado media Europa para terminar rescatando a un joven eslavo de unos perseguidores esteparios.
El eslavo lleva a Turlogh a su aldea, donde el líder narra a nuestro amigo irlandés que están en guerra con khan túrquico. O'Brien se apunta a la fiesta y comienza a trazar planes.
Lamentablemente el fragmento termina aquí.
En este volumen aparece también el relato El Túmulo del Promontorio, del que ya hablé muy positivamente en El Valle del Gusano y Otros Relatos.
Es un texto excelente, por lo que no está demás tenerlo aquí disponible para que llegue al mayor número posible de lectores. Posiblemente de lo mejor de Howard.
El libro se cierra con un cortísimo fragmento sin título en el que un héroe del Ulster propone a O'Brien unirse a él para rescatar a un noble cautivo de los vikingos. El texto es realmente breve, y apenas se puede atisbar la semilla de una interesante aventura.
Según cuentan los estudiosos de Robert E. Howard el éxito de Conan hizo que el texano reescribiese muchos relatos protagonizados por otros protagonistas para que encajasen con el mucho más rentable económicamente cimmerio.
Turlogh Dubh O'Brien es uno de estos personajes. El irlandés destaca porque todo parece indicar que Howard tenía mucho pensando para él, hasta el punto de poder convertirlo en algún tipo de novela histórica. Similar incluso en el físico a Conan, el proscrito irlandés tenía un enorme potencial. Sirva esta colección de textos para atisbarlo, disfrutar de los relatos completados y soñar con los que Howard solo bosquejo.
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