"Cómo no escribir una novela" es una suerte de antimanual para escritores. No expone ejercicios ni muestra qué debe hacerse, si no qué debe evitarse. Todo ello desde el punto de vista de los autores: dos editores.
Desde su experiencia y perspectiva detallan los errores más habituales en las novelas de los escritores noveles y los numerosos errores por los que sus obras no son publicadas.
Cada capítulo muestra un error habitual con un ejemplo de texto y las apreciaciones de los autores señalando donde están los fallos. Todo ello escrito con mucha guasa, con lo que además el lector saca unas cuantas carcajadas.
El resultado es bastante ameno y, dado que los propios títulos de los capítulos tienen su coña, es un libro que se lee con rapidez y una sonrisa.
Para que os hagáis una idea por vosotros mismos en el blog de la Fundación Santillana han subido gratuitamente el primer capítulo.
Si hay que sacar punta mencionaría que la propia estructura del libro falla en numerosas ocasiones, porque puede estar contándote qué no hacer, para cambiar a aquello que se ha de hacer en el párrafo siguiente. Puede resultar un poco lioso, lo que es irónico, porque los autores insisten en que una novela liosa es una mala novela.
Irónicamente, evitar el uso del término "irónico" es otro de los puntos que (no) se recomienda.
El último bloque está orientado a cómo abordar a los editores: cómo escribir la carta, la presentación y la sinopsis de la obra. Así como la forma de venderla. Podría parecer algo de sentido común pero, al parecer, en su propia experiencia como editores han debido encontrarse con personajes realmente singulares. Lo que hace pensar al lector que el de editor debe ser uno de esos trabajos donde uno se lo pasa bien o, al menos, se echa unas cuantas risas de vez en cuando.
No puedo dejar de señalar que este es un manual para confeccionar novelas publicables. Lo cual, desde el punto de vista del editor, se traduce en potenciales best sellers. Así que si tu estilo es experimental, posmoderno, lleno de rupturas de la cuarta pared y ejercicios psicológicos, no encontrarás demasiados consejos útiles.
Para los demás, aunque muchos capítulos son -como decía- de sentido común, puede resultar un libro útil y, cuando menos, divertido.
Mención especial para el autor de la portada.
Y para el que trabaja en el mundo editorial y no se ha enterado que las mayúsculas se acentúan.
Desde su experiencia y perspectiva detallan los errores más habituales en las novelas de los escritores noveles y los numerosos errores por los que sus obras no son publicadas.
Cada capítulo muestra un error habitual con un ejemplo de texto y las apreciaciones de los autores señalando donde están los fallos. Todo ello escrito con mucha guasa, con lo que además el lector saca unas cuantas carcajadas.
El resultado es bastante ameno y, dado que los propios títulos de los capítulos tienen su coña, es un libro que se lee con rapidez y una sonrisa.
Para que os hagáis una idea por vosotros mismos en el blog de la Fundación Santillana han subido gratuitamente el primer capítulo.
Si hay que sacar punta mencionaría que la propia estructura del libro falla en numerosas ocasiones, porque puede estar contándote qué no hacer, para cambiar a aquello que se ha de hacer en el párrafo siguiente. Puede resultar un poco lioso, lo que es irónico, porque los autores insisten en que una novela liosa es una mala novela.
Irónicamente, evitar el uso del término "irónico" es otro de los puntos que (no) se recomienda.
El último bloque está orientado a cómo abordar a los editores: cómo escribir la carta, la presentación y la sinopsis de la obra. Así como la forma de venderla. Podría parecer algo de sentido común pero, al parecer, en su propia experiencia como editores han debido encontrarse con personajes realmente singulares. Lo que hace pensar al lector que el de editor debe ser uno de esos trabajos donde uno se lo pasa bien o, al menos, se echa unas cuantas risas de vez en cuando.
No puedo dejar de señalar que este es un manual para confeccionar novelas publicables. Lo cual, desde el punto de vista del editor, se traduce en potenciales best sellers. Así que si tu estilo es experimental, posmoderno, lleno de rupturas de la cuarta pared y ejercicios psicológicos, no encontrarás demasiados consejos útiles.
Para los demás, aunque muchos capítulos son -como decía- de sentido común, puede resultar un libro útil y, cuando menos, divertido.
Mención especial para el autor de la portada.
Y para el que trabaja en el mundo editorial y no se ha enterado que las mayúsculas se acentúan.
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