Suelo leer ensayos de vez en cuando. Me gustan. El problema es que leo por las noches y según qué temas se pueden hacer duros a esas horas. Supongo que son factores que en parte podrían afectar a mi juicio sobre este libro, pero mi idea es ser lo más ecuánime posible.
SPQR es un ensayo de la popular historiadora británica Mary Beard. Como se puede deducir por el título trata sobre romanos. Más concretamente los primeros 1.000 años de la historia de Roma desde su fundación hasta el último de los emperadores civiles con la crisis del siglo III.
Personalmente el libro me atrajo por curiosidad por la fama de la autora, sin saber muy bien a qué iba a enfrentarme o si iba a sufrir la experiencia "esto ya me lo sé".
Bueno, obviamente, para alguien medianamente conocedor de la historia de Roma, las líneas generales de esta obra pueden ser de sobra conocidas. Aunque, por suerte o por desgracia, la autora lo afronta por lineas tangenciales.
Me resultó muy interesante las primeras páginas, sobre lo que las excavaciones y los últimos estudios han sacado a la luz sobre el origen de Roma, desde los restos prehistóricos a la "etapa etrusca" con sus reyes e historias míticas.
Una vez entra en la "República conocida" Beard presta una atención intensa a sucesos como la conspiración de Catilina durante páginas y páginas.
Creo que ese es el problema principal de este libro. En su búsqueda de diferenciarse de otros ensayos se centra durante un generosísimo número de páginas en este tipo de acontecimientos, mientras que pasa muy apresuradamente sobre los Graco o sobre la Guerra Social (de la que realmente esperaba poder leer y conocer más).
A eso hay que sumarle que, aunque realmente está bien escrito y el lenguaje utilizado es cercano y accesible (en un tono muy personal, alejado de pomposidad académica), se intuye una tendencia a la divagación, o a el empantanarse en ciertos temas por inclinación de la autora (supongo). A la larga el libro se hace duro de leer, resultando frustrante cuando se llega a un tema que al lector pueda resultarle interesante y resulta que se ventila rápidamente (bueno, menos que al lector le interese Catilina).
Por otro lado el tono me ha resultado en cierto modo incoherente. Beard procura mantenerse a mitad del camino entre la ortodoxia y el revisionismo, y evitar las comparaciones con la época actual... pero va dando bandazos de uno y otro lado a pesar de su declaración de "principios de enfoque". Todo ello para acabar con un apunte desconcertante sobre que no es necesario conocer la historia de Roma para concluir que a Occidente no le conviene dar con un palo al avispero de Levante.
Por supuesto todo con reseñas constantes a la provincia de Britania. Si me seguís ya sabéis que me interesa muchísimo el periodo romano y post-romano en Britania, pero me parece que en una obra de estas características el britanocentrismo está de más, por más que el público principal pudiera ser británico.
En resumen podría decirse que con este libro he tenido la sensación de estar haciendo un recorrido por las tramas secundarias de la historia romana. Tramas secundarias que no es que hayan sido injustamente alejadas de los focos, si no es que, simplemente, son insulsas o aburridas (o que resultan serlo si dan vueltas y más vueltas divagando sobre ellas).
No podría recomendar este libro para alguien que quiera aprender sobre Roma, y para el conocedor que quiera profundizar... bueno, supongo que habrá libros específicos sobre aspectos específicos que de sobra sabrá que podrían interesarle más (a mi mismo me interesaría Religions of Rome, de la misma autora, como nota de que realmente no es algo personal).
De esos libros que supone un esfuerzo terminarlos. Hay ensayos mejores.
SPQR es un ensayo de la popular historiadora británica Mary Beard. Como se puede deducir por el título trata sobre romanos. Más concretamente los primeros 1.000 años de la historia de Roma desde su fundación hasta el último de los emperadores civiles con la crisis del siglo III.
Personalmente el libro me atrajo por curiosidad por la fama de la autora, sin saber muy bien a qué iba a enfrentarme o si iba a sufrir la experiencia "esto ya me lo sé".
Bueno, obviamente, para alguien medianamente conocedor de la historia de Roma, las líneas generales de esta obra pueden ser de sobra conocidas. Aunque, por suerte o por desgracia, la autora lo afronta por lineas tangenciales.
Me resultó muy interesante las primeras páginas, sobre lo que las excavaciones y los últimos estudios han sacado a la luz sobre el origen de Roma, desde los restos prehistóricos a la "etapa etrusca" con sus reyes e historias míticas.
Una vez entra en la "República conocida" Beard presta una atención intensa a sucesos como la conspiración de Catilina durante páginas y páginas.
Creo que ese es el problema principal de este libro. En su búsqueda de diferenciarse de otros ensayos se centra durante un generosísimo número de páginas en este tipo de acontecimientos, mientras que pasa muy apresuradamente sobre los Graco o sobre la Guerra Social (de la que realmente esperaba poder leer y conocer más).
A eso hay que sumarle que, aunque realmente está bien escrito y el lenguaje utilizado es cercano y accesible (en un tono muy personal, alejado de pomposidad académica), se intuye una tendencia a la divagación, o a el empantanarse en ciertos temas por inclinación de la autora (supongo). A la larga el libro se hace duro de leer, resultando frustrante cuando se llega a un tema que al lector pueda resultarle interesante y resulta que se ventila rápidamente (bueno, menos que al lector le interese Catilina).
Por otro lado el tono me ha resultado en cierto modo incoherente. Beard procura mantenerse a mitad del camino entre la ortodoxia y el revisionismo, y evitar las comparaciones con la época actual... pero va dando bandazos de uno y otro lado a pesar de su declaración de "principios de enfoque". Todo ello para acabar con un apunte desconcertante sobre que no es necesario conocer la historia de Roma para concluir que a Occidente no le conviene dar con un palo al avispero de Levante.
Por supuesto todo con reseñas constantes a la provincia de Britania. Si me seguís ya sabéis que me interesa muchísimo el periodo romano y post-romano en Britania, pero me parece que en una obra de estas características el britanocentrismo está de más, por más que el público principal pudiera ser británico.
En resumen podría decirse que con este libro he tenido la sensación de estar haciendo un recorrido por las tramas secundarias de la historia romana. Tramas secundarias que no es que hayan sido injustamente alejadas de los focos, si no es que, simplemente, son insulsas o aburridas (o que resultan serlo si dan vueltas y más vueltas divagando sobre ellas).
No podría recomendar este libro para alguien que quiera aprender sobre Roma, y para el conocedor que quiera profundizar... bueno, supongo que habrá libros específicos sobre aspectos específicos que de sobra sabrá que podrían interesarle más (a mi mismo me interesaría Religions of Rome, de la misma autora, como nota de que realmente no es algo personal).
De esos libros que supone un esfuerzo terminarlos. Hay ensayos mejores.
Hola Endakil!
ResponderEliminarLlevo 100 páginas y ya he empezado a notar varios de esos "problemillas" que comentas. Qué pena porque esperaba que tan solo fuera una impresión inicial equivocada pero supongo que es normal en una obra generalista que abarca un período tan largo.
En fin, habrá que esperar al nuevo de Tom Holland (debe estar a punto de salir en castellano) para tener un ensayo sobre Roma interesante. El libro anterior (Rubicón) es uno de los que más me han gustado, con una forma de narrar que engancha como las mejores novelas y muy didáctica y original.
Un saludo y ánimo con el blog que siempre leo con mucho interés!
Rubicón lo leí hace bastante tiempo. Tengo el recuerdo de que era serio, pero ameno. Lo que a su vez me recuerda que tengo Fuego Persa pendiente :)
Eliminar¡Gracias por los ánimos!
Primero la de cal: A mí me pareció un muy buen libro. Lo que ocurre es que más que una "historia" es un intento por acercar a los lectores al mundo romano. Cómo era, cómo se pensaba, etc. En ese aspecto es muy bueno y yo sí lo recomendaría como libro de divulgación. Además creo que la autora escribe bien, y eso es un plus. Y otro plus es que se nota que sabe de lo que habla y hace algunas relaciones de datos y reflexiones interesantes.
ResponderEliminarY ahora la de arena: Como has comentado en tu reseña, uno de los principales objetivos del libro es intentar ofrecer una imagen "ecuánime" del mundo romano. Creo que en eso falla estrepitosamente. Repite una y otra vez que hay que ver las cosas desde todos los puntos de vista, y añade alguna que otra crítica al mundo romano, pero hay mucho de ocultación en ese aspecto. Por ejemplo dice sobre su expansionismo que no era muy diferente del de el resto de pueblos mediterráneos, que simplemente fueron más eficaces (parece algo que está de moda, ya he visto estos argumentos por otras partes), cuando el nivel de expansionismo, violencia y destrucción en las guerras romanas sí es muy (MUY) superior al habitual. Por no hablar de su incumplimiento de acuerdos internacionales (a veces parece más la norma que la excepción), o del exterminio de pueblos enteros, cosas que no nombra. Por otro lado, una única cita de Tácito le sirve para decir que la autocrítica del pueblo romano hacia su propio imperialismo era si no generalizado, sí al menos muy presente. Que yo conozca no hay mucho más en los textos romanos que esa única cita, y es bastante indirecta, que pueda representar un punto de vista crítico hacia las políticas imperialistas.
En resumen, imparcialidad no significa ponerse en un cómodo punto medio estilo "había cosas buenas y cosas malas". Imparcialidad significa no tomar partido, pero analizar los hechos a fondo y llegar a las conclusiones que haya que llegar. Eso Mary Beard no lo hace.
Lo has resumido mejor en dos párrafos que yo en una reseña :D
EliminarNo creo que los romanos fuesen más beligerantes que otros pueblos de su alrededor (los celtas se pegaban entre ellos, los reinos helenísticos lo mismo pero a lo grande y los cartagineses no entraron en Iberia repartiendo abrazos). Pero sí entiendo que como cultura sí eran más violentos. Que en el mundo de influencia griega el tema de los gladiadores no fuese tan boyante algo significará.
Esto, mezclado con el cada vez más profesional ejército, fue el combustible para que las élites romanas buscaran su propio beneficio de un modo no muy diferente de lo que sucede en el mundo contemporáneo. No por extrapolar, si no porque los hombres son, al final de camino, hombres.
Me parece que Mary Beard es una buena divulgadora y que tiene carisma; los problemas de este libro se los achacaría al editor. El resultado final parece una suma de las páginas que fue escribiendo bastante sin ton ni son, y evidencia muchísimo la falta de la labor de un editor que tiene no solo que poner en orden el documento, si no encauzar a la propia autora con una idea y un camino claros. Será que confiaron en ella por ser quien es en la suposición de que ser una buena comunicadora la convertiría automáticamente e una buena escritora... o tal vez fue una total desidia por parte de la editorial.
No he leído el libro de Beard (aún) así que no voy a opinar sobre él.
EliminarSobre lo que comentas de los gladiadores, Mannix ("Breve historia de los gladiadores") expone la teoría de que dicho espectáculo fue volviéndose más brutal y salvaje con el paso del tiempo. Al principio, cuando el ejército romano se cimentaba sobre un sistema de levas anuales obligatorias, el público entendía de la materia y apreciaba ver combates donde se hacía una auténtica exhibición de habilidades marciales. Luego, con la profesionalización del ejército tras los cambios del siglo I a.C., el grueso de la plebe fue volviéndose progresivamente menos docto en cuestiones marciales, y el espectáculo fue volviéndose más y más brutal y sangriento pues un público cada vez más ignorante simplemente quería ver sangre, vísceras y carnicería. Como poco, es una teoría interesante.
A todo esto, gracias por la reseña. Una pena que pase de puntillas sobre asuntos tan jugosos (y con tanto potencial de análisis) como la Guerra Social.
A lo mejor es un hecho que, simplemente, tenía su explicación en que todo espectáculo va necesitando una nueva vuelta de tuerca para seguir siendo interesante. Un "más difícil todavía".
EliminarYo diría que es un suceso "moralmente" violento por su contexto. Los estrangulamientos rituales que en todo el norte del arco atlántico tenían lugar en la misma época se explican por el hecho religioso, mientras que los combates de gladiadores terminaron siendo violencia por violencia. Supongo que el viajero griego condenaría igualmente ambos pero, mientras que celtas y germanos ofrecían una explicación, los romanos solo podrían decir que "es divertido" :P
Bueno, comenzaron siendo sacrificios humanos (en forma de combate) en funerales de personajes importantes, no pasaron a ser un simple entretenimiento hasta tan tarde como el siglo I a.C. Y también hacían estrangulamientos rituales a los jefes capturados, después de pasearlos por las calles durante los triunfos.
ResponderEliminarPor eso me desconcierta un poco cuando dicen que los romanos no hacían sacrificios humanos... de hecho los hicieron durante más tiempo que la mayoría de los pueblos mediterráneos.
De hecho tengo entendido que durante los momentos más desesperados de las Guerras Púnicas se hicieron sacrificios humanos en Roma. Así de cerca estaban de la "barbarie" :P
EliminarMadre del amor hermoso! Sandalias y en forma de ensayo, ni más ni menos. XD
ResponderEliminarSiempre he pensado que Roma es un tema que pone en evidencia lo mucho que tiene que avanzar la historia como ciencia: A pesar de ser un periodo bastante bien documentado, con una riqueza de yacimientos sin par y de que ilustran todas los aspectos de la vida de Roma... siempre está sujeto a nuevas teorías y revisiones.
En cambio, si veo interesantes las extrapolaciones. Creo que la sicología y la sociología pueden aprender mucho de ello. Me ha hecho gracia cuando mencionabas a los griegos y su horror ante el sacrificio humano. Esos Helenos tan humanistas tenian miles de esclavos en el cénit de su civilización.
Pienso en esos niños de las fábricas de Tailandia, y oiga, quizá no hemos cambiado tanto. Quiza los auténticos vestigios de esas épocas somos nosotros. XD
Imagino que como cualquier otra ciencia: tendrá defensores del dogma y gente dispuesta a aceptar nuevas conjeturas. Del mismo modo los nuevos descubrimientos van ampliando la visión de conjunto.
EliminarLa esclavitud era base del sistema socioeconómico, pero también fue dañina para este porque cercenó progresos científicos. Resulta interesante imaginar qué habría pasado si en la sociedad hubiesen resultando rentables las aplicaciones de las invenciones de Herón (lo mismo habríamos tenido ferrocarriles para finales del siglo I, quién sabe).
También había algunos que se cuestionaban temas como la esclavitud a un nivel moral. A la larga he terminado por convencerme de que algunos movimientos e ideologías que hoy consideramos radicalmente "hippies" o naives están en realidad en lo correcto, pero son posturas demasiado avanzadas para la sociedad actual.