Fue tras la caída del reino de Moravia que el Concilio de Isola fue celebrado. En el recuerdo del espantoso legado de Constanscius el Loco, la República convocó a embajadores y señores de tierras lejanas en una serie de reuniones que se extendieron durante meses. La amenaza de Antípoda era cada vez más acuciante y los recientes sucesos conformaron los cimientos de lo que acabaría por convertirse en La Orden.
Unidos en sus diferencias los distintos reinos de los hombres se volcaron en la creación de una orden militar cuya labor consistiría en guardar las fronteras de Antípoda y prevenir futuras invasiones militares. El Banco de la República corrió con todos los gastos para financiar la campaña, armar y alimentar a los hombres y construir fortalezas.
Wilhelm, el Príncipe Negro de Duchet, asumió el mando de La Orden henchido de visiones de proezas militares, y el aura de gravedad de su gloria atrajo a un nutrido número de hombres y mujeres. Jóvenes nobles deseosos de probarse, aquellos que se horrorizaban por los propósitos del Triple Culto, o simplemente campesinos sin tierras que veían en esta aventura militar una ocasión para progresar y salir adelante, fueron reuniéndose en puertos desde la Cuenca de Hielo al Mar Gris, donde la flota de la República llevó a cabo una labor logística sin precedentes.
Probablemente la campaña no habría tenido éxito sin un apoyo inesperado. Los puertos de Isola se vieron abarrotados de multitudes cuando un navío de casco y velamen blancos arribó portando una embajada del Reino Cerrado. Nunca, en su ociosa carrera, el capitán de la guardia portuaria se vio en semejante brete como entonces cuando, sin ningún aviso, se presentó en sus puertas una cohorte de señores altos elfos de armaduras resplandecientes y largas alabardas. Tras minutos de desconcierto y apresuradas carreras de mensajeros acudiendo al Senado y a las residencias de los miembros del Consejo, la República estuvo lista para recibir la embajada del Reino Cerrado.
La corte de Cildraeth había tenido sus medios para estar al corriente de la creación de La Orden, dijeron. Y, a pesar de que no se unirían a ella aunque hubiesen sido invitados, las acciones de Antípoda suponían un problema constante para el Reino Cerrado. Así pues el Alto Rey había decidido prestar soporte a la campaña. Las flotas élficas se reunirían en gran número y someterían a bloqueo a Nala y Marabor, poniendo en jaque la fuerza naval de Antípoda y distrayendo a sus huestes mientras La Orden desembarcaba y se afianzaba en las fronteras.
Los orgullosos señores de La Orden no lo reconocerán, pero sin la ayuda de la flota élfica es probable que el proyecto no hubiera llegado a buen puerto.
La Orden fue dividida en cuatro Casas Capitulares, siendo cada una de ellas un ejército independiente que, durante la campaña, se estableció y consolidó un feudo alrededor de la fortaleza que representaba su poder.
Ceddylyg de Dunned fue el primer líder de la casa capitular de la Espada y la Zarza. Ocupando el lugar de honor de ser el primer cuerpo de La Orden en iniciar la campaña, aprovechando el bloqueo élfico para cruzar los estrechos y asentarse no muy lejos del Mar del Mediodía, donde levantaron la ciudad-fortaleza de Castra Lapidea, en una zona montañosa que domina la región.
Inge de de Skallagaard capitaneó la casa capitular de la Sierpe Rampante. Inge protagonizó la labor más dura de la campaña, atravesando el Mar de Hierba en una serie de continuos combates hasta llegar a la frontera entre el Mar del Mediodía y la gran tundra austral. Allí fundó Castra Glacies, desde donde la casa de la Sierpe Rampante controla le región y disfruta de un intenso comercio con pueblos costeros del gran mar interior.
El conde Hugh de Duchet tomó el mando de los orgullosos hombres de la casa capitular del Grifo Rugiente Siguiendo los pasos de Ceddylyg de Dunned, el conde Hugh cruzó los estrechos y levantó fortaleza junto al mar. Desde la llamada Castra Maris, la casa capitular del Grifo Rugiente mantiene una línea de defensa junto a Castra Lapidea y se encarga de la flota de La Orden, desde una costa casi directamente frente a Nala.
Marius el Defensor, paladín de Fundatio, legó sus extensas experiencias militares a la casa capitular de la Lanza Inquebrantable. Bordeando las costas del Antiguo Imperio los hombres de Marius establecieron una serie de fortalezas en el brazo de tierra que separa el Gran Mar Central y el Mar Austral.
Tras la sorpresa inicial las fuerzas del Triple Culto se reagruparon en la región occidental, reuniéndose en grendes huestes en torno a Nala y avanzando hacia Castra Maris con el plan de romper el cordón defensivo que había establecido junto a Castra Lapidea, aprovechando que las fortalezas estaban aun en construcción y el dominio de La Orden en la zona era aun muy tenue.
Fue durante esa campaña cuando cayó Wilhelm de Duchet, durante una serie de incursiones de caballería planteada para obstaculizar el avance de las columnas de fuerzas de Antípoda. Su sacrificio ganó el tiempo suficiente para que la casa capitular de la Espada y la Zarza uniese sus fuerzas al Grifo Rugiente en la recordada batalla de las Playas Carmesíes.
Desde entonces La Orden quedó desprovista de una dirección global real, quedando cada casa capitular formando un reino independiente de facto.
Los Castras de La Orden continúan hoy en día vigilando las fronteras de Antípoda, siendo cada una de ellas independiente, con sus propias leyes y tradiciones. Aun siguen nutriéndose de voluntarios procedentes de todo Nemus, que acuden a las casas de La Orden buscando gloria y aventura (en los casos más heroicos), o una manera de escapar de deudas y problemas con la justicia (en los casos más prosaicos). Aun así, la consolidación política y territorial de las casas capitulares han terminado por formar una suerte de reinos fronterizos con zonas de influencia de las que dotarse de recursos y hombres. Fiel a su compromiso el Banco de la República se mantiene como sostén financiero adicional tras el blindaje legal que acometió el Senado de Isola.
La Hermandad de la Miríada de Estrellas
Si cada una de las casas capitulares de La Orden forman órdenes militantes y entidades políticas en los limes de Antípoda, existe otro cuerpo de crucial importancia en la lucha contra el Triple Culto. La quinta casa es conocida oficialmente como la Hermandad de la Miríada de Estrellas, aunque entre el pueblo es conocida como Los Estrellas o Caballeros Errantes.
Desde su sede en el barrio de las embajadas de Isola, la Hermandad de la Miríada de Estrellas dirige una guardia atenta y meticulosa ante la presencia e influencia del Triple Culto en todo Nemus. Los caballeros de la hermandad recorren en una vigilancia constante los caminos de Nemus, atentos a la influencia de los agentes del Triple Culto, buscando sus concilíabulos y destruyendo sus lugares de culto.
Unidos en sus diferencias los distintos reinos de los hombres se volcaron en la creación de una orden militar cuya labor consistiría en guardar las fronteras de Antípoda y prevenir futuras invasiones militares. El Banco de la República corrió con todos los gastos para financiar la campaña, armar y alimentar a los hombres y construir fortalezas.
Wilhelm, el Príncipe Negro de Duchet, asumió el mando de La Orden henchido de visiones de proezas militares, y el aura de gravedad de su gloria atrajo a un nutrido número de hombres y mujeres. Jóvenes nobles deseosos de probarse, aquellos que se horrorizaban por los propósitos del Triple Culto, o simplemente campesinos sin tierras que veían en esta aventura militar una ocasión para progresar y salir adelante, fueron reuniéndose en puertos desde la Cuenca de Hielo al Mar Gris, donde la flota de la República llevó a cabo una labor logística sin precedentes.
Probablemente la campaña no habría tenido éxito sin un apoyo inesperado. Los puertos de Isola se vieron abarrotados de multitudes cuando un navío de casco y velamen blancos arribó portando una embajada del Reino Cerrado. Nunca, en su ociosa carrera, el capitán de la guardia portuaria se vio en semejante brete como entonces cuando, sin ningún aviso, se presentó en sus puertas una cohorte de señores altos elfos de armaduras resplandecientes y largas alabardas. Tras minutos de desconcierto y apresuradas carreras de mensajeros acudiendo al Senado y a las residencias de los miembros del Consejo, la República estuvo lista para recibir la embajada del Reino Cerrado.
La corte de Cildraeth había tenido sus medios para estar al corriente de la creación de La Orden, dijeron. Y, a pesar de que no se unirían a ella aunque hubiesen sido invitados, las acciones de Antípoda suponían un problema constante para el Reino Cerrado. Así pues el Alto Rey había decidido prestar soporte a la campaña. Las flotas élficas se reunirían en gran número y someterían a bloqueo a Nala y Marabor, poniendo en jaque la fuerza naval de Antípoda y distrayendo a sus huestes mientras La Orden desembarcaba y se afianzaba en las fronteras.
Los orgullosos señores de La Orden no lo reconocerán, pero sin la ayuda de la flota élfica es probable que el proyecto no hubiera llegado a buen puerto.
La Orden fue dividida en cuatro Casas Capitulares, siendo cada una de ellas un ejército independiente que, durante la campaña, se estableció y consolidó un feudo alrededor de la fortaleza que representaba su poder.
Ceddylyg de Dunned fue el primer líder de la casa capitular de la Espada y la Zarza. Ocupando el lugar de honor de ser el primer cuerpo de La Orden en iniciar la campaña, aprovechando el bloqueo élfico para cruzar los estrechos y asentarse no muy lejos del Mar del Mediodía, donde levantaron la ciudad-fortaleza de Castra Lapidea, en una zona montañosa que domina la región.
Inge de de Skallagaard capitaneó la casa capitular de la Sierpe Rampante. Inge protagonizó la labor más dura de la campaña, atravesando el Mar de Hierba en una serie de continuos combates hasta llegar a la frontera entre el Mar del Mediodía y la gran tundra austral. Allí fundó Castra Glacies, desde donde la casa de la Sierpe Rampante controla le región y disfruta de un intenso comercio con pueblos costeros del gran mar interior.
El conde Hugh de Duchet tomó el mando de los orgullosos hombres de la casa capitular del Grifo Rugiente Siguiendo los pasos de Ceddylyg de Dunned, el conde Hugh cruzó los estrechos y levantó fortaleza junto al mar. Desde la llamada Castra Maris, la casa capitular del Grifo Rugiente mantiene una línea de defensa junto a Castra Lapidea y se encarga de la flota de La Orden, desde una costa casi directamente frente a Nala.
Marius el Defensor, paladín de Fundatio, legó sus extensas experiencias militares a la casa capitular de la Lanza Inquebrantable. Bordeando las costas del Antiguo Imperio los hombres de Marius establecieron una serie de fortalezas en el brazo de tierra que separa el Gran Mar Central y el Mar Austral.
Tras la sorpresa inicial las fuerzas del Triple Culto se reagruparon en la región occidental, reuniéndose en grendes huestes en torno a Nala y avanzando hacia Castra Maris con el plan de romper el cordón defensivo que había establecido junto a Castra Lapidea, aprovechando que las fortalezas estaban aun en construcción y el dominio de La Orden en la zona era aun muy tenue.
Fue durante esa campaña cuando cayó Wilhelm de Duchet, durante una serie de incursiones de caballería planteada para obstaculizar el avance de las columnas de fuerzas de Antípoda. Su sacrificio ganó el tiempo suficiente para que la casa capitular de la Espada y la Zarza uniese sus fuerzas al Grifo Rugiente en la recordada batalla de las Playas Carmesíes.
Desde entonces La Orden quedó desprovista de una dirección global real, quedando cada casa capitular formando un reino independiente de facto.
Los Castras de La Orden continúan hoy en día vigilando las fronteras de Antípoda, siendo cada una de ellas independiente, con sus propias leyes y tradiciones. Aun siguen nutriéndose de voluntarios procedentes de todo Nemus, que acuden a las casas de La Orden buscando gloria y aventura (en los casos más heroicos), o una manera de escapar de deudas y problemas con la justicia (en los casos más prosaicos). Aun así, la consolidación política y territorial de las casas capitulares han terminado por formar una suerte de reinos fronterizos con zonas de influencia de las que dotarse de recursos y hombres. Fiel a su compromiso el Banco de la República se mantiene como sostén financiero adicional tras el blindaje legal que acometió el Senado de Isola.
La Hermandad de la Miríada de Estrellas
Si cada una de las casas capitulares de La Orden forman órdenes militantes y entidades políticas en los limes de Antípoda, existe otro cuerpo de crucial importancia en la lucha contra el Triple Culto. La quinta casa es conocida oficialmente como la Hermandad de la Miríada de Estrellas, aunque entre el pueblo es conocida como Los Estrellas o Caballeros Errantes.
Desde su sede en el barrio de las embajadas de Isola, la Hermandad de la Miríada de Estrellas dirige una guardia atenta y meticulosa ante la presencia e influencia del Triple Culto en todo Nemus. Los caballeros de la hermandad recorren en una vigilancia constante los caminos de Nemus, atentos a la influencia de los agentes del Triple Culto, buscando sus concilíabulos y destruyendo sus lugares de culto.
Mmmmhhhh, Está bien tener una facción de cruzados en nemus.... pero esa heráldica tan cerrada... :P
ResponderEliminarLo que siempre está bien es que tengamos caballeras.... XD
En realidad vas a tener la posibilidad de montarte tu ejército con muchísima flexibilidad. El próximo día lo explico en detalle ;)
EliminarNo te me quejes, que esta facción prácticamente es fanservice :P
Me gusta mucho la historia, sobretodo la ayuda marítima inesperada. Esperaré a la próxima entrada para ver que tienes pensado. ¿La miríada de estrellas incluye cazadores de Brujas?Buen trabajo :-)
EliminarAlgo así. Pero con más peso de paladines que de cazadores de brujas al uso.
EliminarEl próximo día profundizaré un poco ;)
Estoy algo perdido y me gustaría engancharme.
ResponderEliminarEstas creando un trasfondo para un juego en particular? directamente un juego? o solo creas el trasfondo usando diversos reglamentos para representar acciones en ese mundo? frostgrave por ejemplo.
Igual empiezo mas adelante un ejercito humano para kow y tener un reglamento así podría ayudarme a inspirarme.
saludos
Hola Gideon.
EliminarNemus es un escenario de campaña. Como tantos existen para juegos de rol (Reinos Olvidados, Dragonlance...) pero que permita tanto rol al uso como campañas para juegos de estrategia.
Te llevará un tiempo, pero lo mejor sería que pinchases en la etiqueta Nemus (http://frikidiario.blogspot.com.es/search/label/Nemus) y te pusieses a leerlo todo de forma cronológica ;)
Esta muy bien esta nueva facción, sobre todo al haberla dividido en 5 casas/grupos puede dar juego a diferentes estilos de combate. A mi la que más me ha intrigado ha sido la Hermandad de la Miríada de Estrellas, tengo ganas de saber más de ellos, un saludo.
ResponderEliminarEspero despejar dudas el sábado ;)
EliminarEl potencial narrativo de esas "Estrellas" o "Caballeros Errantes" es sin duda descomunal. Estupenda entrada. Imagino que la variedad heráldica y la capacidad de personalización de las huestes de cada uno podría depender de "brazos" semi-independientes de las Casas principales, ya bien establecidas en pequeñas fortificaciones o bien de naturaleza errante, yendo de un lado a otro según se les necesita.
ResponderEliminarA ver qué nos traes el sábado :)
Sí, el sábado hablaré de ello. Las opciones de personalización son muy amplias.
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