Leer este libro ha sido como nadar en melaza. Denso, denso, denso y aburrido.
Lo tenía en mi lista de pendientes debido a toda la mitología que hay en torno a él pero no ha sido, ni de lejos lo que me esperaba.
Creo que mi primera desmitificación con un libro de culto fue con el Ulises de Joyce. Había leído Dublineses y no me había disgustado, pero el Ulises me pareció un truño pretencioso y aburrido. Que no te guste un clásico parece una especie de pecado, pero debería serlo más caer en el postureo cultureta que ha conducido a que auténticas mierdas sean referentes culturales en todos los ámbitos de la cultura (valga la redundancia).
Creo que mi principal problema con "El héroe de las mil caras" es que no es lo que esperaba. Imaginaba que sería una aproximación antropológica al monomito, un ensayo en torno a cómo las diferentes tradiciones tratan temas comunes enfocándolo desde la óptica del estudio cultural.
Pues nada de eso (o muy poco). El libro está enfocado desde un punto de vista psicológico y con un tonillo muy new age que está muy lejos de ser de mi agrado.
Por resumir un poco; no establece los paralelismos que pudiera haber entre el ciclo mitológico irlandés y los héroes griegos, por ejemplo. En vez de eso todo se centra una y otra vez en enfoques de reflejos sexuales. Que si esto representa el deseo de nosequé, que si esto es fálico...
Sí, el libro trata de las fases del viaje del héroe. Todo eso del destierro, el mentor sabio, la dama a rescatar, las pruebas y el retorno al hogar. Pero no nos cuenta nada que no supiésemos ya en el ámbito de la mitología. Y, como decía, se concentra en analizar cada una de las fases desde un punto de vista psicológico donde el trasfondo sexual parece estar por todas partes.
Puede pasar de puntillas por otros enfoques, pero esa percepción obsesiva desde un punto de vista psicológico (y que, posiblemente, en el siglo XXI ya esté ampliamente desacreditada) hace de esta obra algo aburrido hasta el hastío.
No quiero dejar de reconocerle algunas ideas interesantes. Personalmente destacaría el modo en que el autor expresa que, en las religiones tradicionales politeístas, los dioses son guías o puertas, mientras que en el monoteísmo judeocristiano la divinidad es el fin en si mismo. Es una observación muy interesante de esas que hacen pensar. Y es justo reconocer que algún otro pensamiento bien planteado podremos encontrar por sus páginas. Claro que, aquellos que no sientan interés por la teología también encontrarán aburridas las líneas en las que tome este enfoque.
En general no puedo recomendarlo. Ni como curiosidad. Sería haceros sufrir. Tal vez algún lector estudiante o interesado en la psicología pueda encontrarlo interesante. pero para los demás resultará -como decía al inicio- denso y aburrido.
Lo terminé por pura fuerza de voluntad. No digo más.
Lo tenía en mi lista de pendientes debido a toda la mitología que hay en torno a él pero no ha sido, ni de lejos lo que me esperaba.
Creo que mi primera desmitificación con un libro de culto fue con el Ulises de Joyce. Había leído Dublineses y no me había disgustado, pero el Ulises me pareció un truño pretencioso y aburrido. Que no te guste un clásico parece una especie de pecado, pero debería serlo más caer en el postureo cultureta que ha conducido a que auténticas mierdas sean referentes culturales en todos los ámbitos de la cultura (valga la redundancia).
Creo que mi principal problema con "El héroe de las mil caras" es que no es lo que esperaba. Imaginaba que sería una aproximación antropológica al monomito, un ensayo en torno a cómo las diferentes tradiciones tratan temas comunes enfocándolo desde la óptica del estudio cultural.
Pues nada de eso (o muy poco). El libro está enfocado desde un punto de vista psicológico y con un tonillo muy new age que está muy lejos de ser de mi agrado.
Por resumir un poco; no establece los paralelismos que pudiera haber entre el ciclo mitológico irlandés y los héroes griegos, por ejemplo. En vez de eso todo se centra una y otra vez en enfoques de reflejos sexuales. Que si esto representa el deseo de nosequé, que si esto es fálico...
Sí, el libro trata de las fases del viaje del héroe. Todo eso del destierro, el mentor sabio, la dama a rescatar, las pruebas y el retorno al hogar. Pero no nos cuenta nada que no supiésemos ya en el ámbito de la mitología. Y, como decía, se concentra en analizar cada una de las fases desde un punto de vista psicológico donde el trasfondo sexual parece estar por todas partes.
Puede pasar de puntillas por otros enfoques, pero esa percepción obsesiva desde un punto de vista psicológico (y que, posiblemente, en el siglo XXI ya esté ampliamente desacreditada) hace de esta obra algo aburrido hasta el hastío.
No quiero dejar de reconocerle algunas ideas interesantes. Personalmente destacaría el modo en que el autor expresa que, en las religiones tradicionales politeístas, los dioses son guías o puertas, mientras que en el monoteísmo judeocristiano la divinidad es el fin en si mismo. Es una observación muy interesante de esas que hacen pensar. Y es justo reconocer que algún otro pensamiento bien planteado podremos encontrar por sus páginas. Claro que, aquellos que no sientan interés por la teología también encontrarán aburridas las líneas en las que tome este enfoque.
En general no puedo recomendarlo. Ni como curiosidad. Sería haceros sufrir. Tal vez algún lector estudiante o interesado en la psicología pueda encontrarlo interesante. pero para los demás resultará -como decía al inicio- denso y aburrido.
Lo terminé por pura fuerza de voluntad. No digo más.
Tomo nota. Y con el ulises de Joyce.... Buff, qué ratos...
ResponderEliminarUn saludo
Prefiero no recordarlo demasiado. Está en algún lugar de deshonor de la estantería :D
EliminarLo leí hace años y no me acuerdo de nada, con eso te lo digo todo... Supongo que es uno de esos libros que arrasan en una generación por algún motivo y luego no sobrevive al paso del tiempo.
ResponderEliminarPues eso diría yo. El libro es del 49 y sus ideas "espirituales" son muy inspiradoras para el rollito New Age e intuyo que muchos podrían considerarlo interesante en los 60 y 70.
EliminarPor otro lado -aun siendo lego- no podía dejar de pensar que muchas de las teorías psicológicas que expone tienen que estar completamente desacreditadas en nuestros días.
Imagino que sí puede ser recomendable para estudiantes de psicología, pero más bien como "historia de la psicología".
He tenido la suerte de trabajar con diversos psicólogos (4 o 5) por cosas de la interdisciplinariedad. Tal y como comentas, esas explicaciones sexuales las inició Freud pero a día de hoy están casi superadas en la mayoría de círculos académicos.
ResponderEliminarCuando has comentado lo que esperabas del libro me has recordado algunas obras del antropólogo Marvin Harris. Recomendaría sobre todo " Vacas, Cerdos, Guerras y Brujas" aunque también tiene obras curiosas como "Caníbales y Reyes". Son escritos entre la década de los 70-80 si la memoria no me engaña con todo lo que eso conlleva.
Gracias José Manuel. Eso tenía entendido, pero me queda aun más claro si me lo confirmas.
EliminarPrecisamente tengo "Vacas, Cerdos, Guerras y Brujas", "Caníbales y Reyes", "Colapso" y algún otro pendiente (vi el documental de "Armas, Gérmenes y Acero", así que ese me lo ahorro).
Pendientes, pero para ponerme con ensayos necesito estar en un momento adecuado y -como dices- también he leído que muchos de esos libros de los 70 están rebatidos hoy en día.
Creo que los siguientes ensayos de mi pila de lectura podrían ser Los Olvidados de Roma o Sesenta Millones de Romanos.
Te recomiendo "La Comida de los Centauros" y "Los dos Nacimientos de Dionisos", de
EliminarRobert Graves, los acabo de leer y son colecciones de pequeños ensayos y me han parecido geniales.
Pues tengo "La Diosa Blanca" pendiente. Me los apuntaré también :)
EliminarYo también tengo pendiente leerlo, sobre todo al saber que fue inspiración para Greg Stafford al crear Glorantha y Runequest y para George Lucas para la Guerra de las Galaxias. ¡Qué decepción me das!
ResponderEliminarTe dejo el enlace a un simpático video sobre el tema
https://www.youtube.com/watch?v=tt4FOjFZvBc
:D mejor ver el vídeo que pones.
EliminarSí, sí, que hubiese sido la inspiración de tantos fue el principal motivo para ponerme con él. Tal vez confiando en que pudiese aportarme algo para mis asuntos.
Pero, nada, todo gira en torno a falos y obsesiones sexuales :P
La verdad, pienso que la sicología, la sociología y la economía son pseudociencias. Las dos primeras acabarán seguramente absorbidas por la psiquiatría médica. La última por la ecología. Son ciencias que abordan sus problemas sin método, sin un desarrollo experimental válido, y que basan sus avances en la casuística. Asi que, a veces, salen teorías disparatadas.
ResponderEliminarUn buen ejemplo lo he leído hoy en el correo. Un estudio que analizaba al putero español entre una socióloga y una sicóloga. El perfil era de un hombre de 17 a 80 años con motivaciones heterogeneas. Vamos, que no han encontrado un vector común que explique al grupo. El no encontrar factores o vectores que expliquen esto, no les obsta para llegar a sus conclusiones: que si necesidades afectivas, que si necesidad de dominación, autoengaño....
Y no se quedan ahí: culpan a la sociedad pornografico consumista de la existencia de la prostitución. Estas señoras pasan por alto un detalle que es del dominio público: multitud de culturas anteriores al capitalismo y al consumismo tenían prostitución. Es uno de los pocos datos históricos que no entra en debate.
Y por último, la madre del cordero textualmente: "nuestro objetivo es poner los focos sobre él (putero) para reflexionar sobre algo que no creemos justificable: pagar por los servicios de prostitución" Es decir, iniciamos una investigación cuyo resultado ya conocemos de antemano. Ciencia de altísimo nivel.
En cuanto a los patrones en las historias, creo que responden a un aspecto de la mente mucho más sencillo: el plagio. Muchas especies animales, entre la que nos encontramos, desarrollan una importante habilidad y actitud imitativa. Al contar una historia solo unos pocos genios parten de 0, los demas cogemos cosas que hemos visto, oído o leido. Y de ahí salen los patrones.
Por estas cosas, paso de estos temas. Pero oye, los falos, las obsesiones sexuales, y los pechotes siempre han sido una gran motivación.
Claro, entiendo que todo el mundo quiera mojar. El problema -que es el que mencionas- es el reduccionismo: todo lo explico con mi campo. Al final resulta que la motivación para cualquier acción posible sea mojar.
EliminarEn lo tocante a este tema preferiría, con mucho, leer ensayos que hablen de orígenes comunes (cómo los mitos sumerios han sido plagiados con tanto éxito que a día de hoy gran parte de la población toma plagios de los originales sumerios como realidad). Incluso entrar en el ámbito antropológico... pero no en el psicológico.
Bueno, el caso que comenta Bairrin lo veo más bien como un problema de método, falta de honestidad intelectual y prejuicios. Es decir, un problema de la persona. No sé mucho de sociología o psicología, pero leo bastante historia, y puedo decir que se pueden encontrar cosas iguales o peores. Uno se pregunta qué puede llevar a alguien a ser un hooligan de, por ejemplo, los romanos... que ya me dirás. Unos tipos que llevan muertos 2.000 años. Pues ahí hay alguno ignorando o tergiversando datos sin pudor para que molen más "los suyos".
EliminarSupongo que es debido a motivos tan humanos como el confort de pertenecer a un grupo (a cuyo argumentario me aferraré) y a no reconocer un error ni a palos, no vaya a ser que la solidez de mis exposiciones pueda tambalearse.
EliminarA eso súmale que somos un país de expertos de bar.
La psicología usa métodos experimentales científicos siempre. Si ya se hace mal es un problema de los psicólogos, ya que el 90% vienen de letras y no saben lo que es una mitocondria; como saber que es casuistica y que no.
EliminarPoner un ejemplo de un experiloquesea que has descrito, es hacer justo lo que hacen esos psicólogos e investigadores de tres al cuarto. Pero ni mucho menos la psicología va a ser absorbida por la medicina y los dadores de pastillas; ni deja de usar métodos científicos para sus investigaciones.
Te habla un psicólogo harto de leer investigaciones puramente científicas, holisticas, casuisticas, de loc@s del coño o azarosas. Y el 95% son de las primeras enumeradas.