La semana pasada Bairrin y servidor estuvimos jugando a Firestorm Armada.
Fue prácticamente un doble estreno, porque para Bairrin era la demo de iniciación y yo llevaba tanto tiempo sin tocarlo que se me habían olvidado la mitad de las cosas.
Decidí hacerlo simple para poder explicar bien las mecánicas fundamentales, así que jugamos sin aereonaves, cartas, ni reglas especiales y a pocos puntos. Simplemente dos flotas prácticamente clónicas con los tres tipos de naves fundamentales formando cuatro escuadrones.
La lista de los Relthoza de Bairrin estaba compuesta por:
1 Buque Insignia Clase Nexus
3 Cruceros Clase Enjambre
4 Fragatas Clase Dron
4 Fragatas Clase Dron
Yo llevaba los pescados espaciales con:
1 Buque Insignia Clase Maelstrom (con +1 a escudos)
3 Cruceros Clase Isonade
4 Fragatas Clase Quimera
5 Fragatas Clase Quimera
El motor básico de los juegos de Spartan Games es sencillo y funcional. He leído a alguno calificándolo de "tiradados". Bien, tirar muchos dados no es algo intrínsecamente malo, es más, reduce la aleatoriedad. Para mi un juego tiradados es aquel en lo que el jugador haga no importa realmente demasiado.
En el primer turno las cosas estaban ya entendidas y pudimos jugar sin problemas (quítame allá el "no recuerdo cómo iba exactamente eso" y un "¡acabo de liarme con centímetros y pulgadas y he medido todo mal!")
Bairrin fue despiadado y no atendió a mis argumentos de "creo que merecería un bonus extra por mover mis naves de forma que parecen verdaderos cardúmenes de peces" y disputó unos primeros turnos brutales. Devastadoras tiradas por su parte y horribles por la mía; por un momento pensé que había robado mi mojo. Fue espantoso.
Bien es cierto que los primeros turnos los pasé bastante aturdido, liándome con las distancias y disparando a blancos aleatorios, obviando los más básicos principios militares. Barrin se cebó con uno de mis escuadrones de fragatas, diezmándolo de tal forma que el único superviviente se vio obligado a escapar al hiperspacio. Por si eso fuera poco mi buque insignia sufrió multitud de impactos, quedando muy pronto con la mitad de sus puntos de casco.
El punto de inflexión llegó en uno de los impactos a mi buque insignia, que evitó sufrir un impacto crítico gracias a una espectacular acción de los escudos defensivos. A partir de ahí sentí el mojo fluir de nuevo y acompañé las tiradas de dados con decisiones con un poco más de sentido común. Centré mis esfuerzos en acabar con su buque insignia, que llevaba varios turnos en un estremecedor duelo nave a nave con el mío. Tras eliminarlo mi Maelstrom estaba tan tocado que salvarlo se convirtió en el objetivo principal. Para ello me propuse ir reduciendo el número de componentes en sus escuadrones, de forma que los disparos combinados de sus naves no pusiesen en peligro mi buque insignia.
A partir de la pérdida del Nexus las cosas fueron de mal en peor para Bairrin, que encadenó una serie de malas tiradas, lo que supuso el fin de su flota. Los Aquan habían salvado el día y las arañas volvían a sus mundos colmena a lamerse las heridas y tramar venganza.
Fueron casi exactamente dos horas de juego, lo cual está muy bien. Hay que considerar que -como decía- jugamos a una escala reducida y prácticamente con el motor básico. Jugando a estos mismos puntos aplicando todas las reglas, las cartas de táctica y las oleadas de aeronaves fácilmente nos habríamos ido a una hora más de juego.
Esto sirve para convencerme a mi mismo de no tomar las listas de ejército(flota) como listas de la compra: seguramente no podré sacar todo el partido que imagino a un gritón de miniaturas porque las batallas a gran escala son prácticamente inviables por motivos de tiempo en el Mundo Real. Lo que jugamos fue poco más de lo incluido en la caja de inicio (un escuadrón de fragatas más) y ya nos dio sobradamente para una tarde divertidísima. Es algo en lo que pensar.
Fue prácticamente un doble estreno, porque para Bairrin era la demo de iniciación y yo llevaba tanto tiempo sin tocarlo que se me habían olvidado la mitad de las cosas.
Decidí hacerlo simple para poder explicar bien las mecánicas fundamentales, así que jugamos sin aereonaves, cartas, ni reglas especiales y a pocos puntos. Simplemente dos flotas prácticamente clónicas con los tres tipos de naves fundamentales formando cuatro escuadrones.
La lista de los Relthoza de Bairrin estaba compuesta por:
1 Buque Insignia Clase Nexus
3 Cruceros Clase Enjambre
4 Fragatas Clase Dron
4 Fragatas Clase Dron
Yo llevaba los pescados espaciales con:
1 Buque Insignia Clase Maelstrom (con +1 a escudos)
3 Cruceros Clase Isonade
4 Fragatas Clase Quimera
5 Fragatas Clase Quimera
Primeros movimientos ¡Adelante, pescados del espacio! |
En el primer turno las cosas estaban ya entendidas y pudimos jugar sin problemas (quítame allá el "no recuerdo cómo iba exactamente eso" y un "¡acabo de liarme con centímetros y pulgadas y he medido todo mal!")
Bairrin fue despiadado y no atendió a mis argumentos de "creo que merecería un bonus extra por mover mis naves de forma que parecen verdaderos cardúmenes de peces" y disputó unos primeros turnos brutales. Devastadoras tiradas por su parte y horribles por la mía; por un momento pensé que había robado mi mojo. Fue espantoso.
Bien es cierto que los primeros turnos los pasé bastante aturdido, liándome con las distancias y disparando a blancos aleatorios, obviando los más básicos principios militares. Barrin se cebó con uno de mis escuadrones de fragatas, diezmándolo de tal forma que el único superviviente se vio obligado a escapar al hiperspacio. Por si eso fuera poco mi buque insignia sufrió multitud de impactos, quedando muy pronto con la mitad de sus puntos de casco.
El ataque de las sardinas |
A partir de la pérdida del Nexus las cosas fueron de mal en peor para Bairrin, que encadenó una serie de malas tiradas, lo que supuso el fin de su flota. Los Aquan habían salvado el día y las arañas volvían a sus mundos colmena a lamerse las heridas y tramar venganza.
¡Pew, pew, pew! ¡Críticos para todos! |
Esto sirve para convencerme a mi mismo de no tomar las listas de ejército(flota) como listas de la compra: seguramente no podré sacar todo el partido que imagino a un gritón de miniaturas porque las batallas a gran escala son prácticamente inviables por motivos de tiempo en el Mundo Real. Lo que jugamos fue poco más de lo incluido en la caja de inicio (un escuadrón de fragatas más) y ya nos dio sobradamente para una tarde divertidísima. Es algo en lo que pensar.
Malditas sardinas espaciales....XD
ResponderEliminarPues la verdad es que fue entretenido. Hay que aclarar que el "no me acuerdo bien de ..." afectaba a la dinámica de dados explosivos que es base en el juego. El sistema, por lo demás es bastante entretenido e intuitivo. En media hora de juego ya lo dominabamos y empezamos con conceptos tácticos básicos, del tipo "Oiga Sr. Endakil, que son sus naves las que disparan bien de frente, no las mías, deje de hacer el indio..." :P
Nos lo pasamos bien, que es el objetivo. :D
No solo disparaban mejor por uno de sus puntos, si no también a distintas distancias. Todo ello enfrentándome a las matemáticas -mi archienemigo- midiendo distancias y haciendo cuentas.
EliminarBásicamente es Uncharted Seas con reglas para armas raras y tal. Para mi el sistema está muy bien.