Nemus: notas de diseño Umida

Nadie mejor que Xoso para explicaros cómo y por qué creó Umida. A continuación tenéis sus palabras...


Hace algún tiempo sugerí a Endakil la posibilidad de introducir una Mordheim en Nemus, no tanto en el sentido de “ciudad de los condenados” sino de enclave surgido de manera un tanto espontánea y que hubiese devenido en puerto libre al que acudirían todo tipo de aventureros, contrabandistas, mercenarios y mercaderes de dudosa reputación. Me atraía bastante la posibilidad de contar con un nido de piratas y otros indeseables como recurso narrativo ocasional.

A Endakil le pareció buena idea, aunque manteniéndolo como un puerto franco de perfil bajo, una especie de “mezcla entre Acre y Tharbad venida a menos”. Con esos mimbres, me dispuse a ir recolectando ideas y tomando notas de diversa procedencia, sin mucha prisa que digamos. Una de las principales fuentes de inspiración llegó de casualidad, en forma de documental televisivo durante una tarde de sábado. Versaba sobre el terremoto de Jamaica de 1692, que destruyó Port Royal. De ahí vino la idea de proyectar Umida como un emplazamiento inestable que fuese necesario reconstruir y/o reubicar periódicamente por el efecto de la climatología y las mareas, así como el concepto de una “gran ola” arrasando la próspera ciudad. Se conseguía así mantener las cosas en el bajo perfil deseado, y resultaba factible insertar una anécdota como la del comerciante elfo, que no deja de ser un guiño a la caída de Thara y sus colonias.


La otra gran musa fue la relectura de Mahoma y Carlomagno, de Henri Pirenne, por su
 atención a la gestación y primeros pasos de Venecia. Es innegable que hay mucho de Venecia
 en Umida, para ser más concretos la Venecia incipiente de los siglos VIII – IX, y no tanto la Venecia en plenitud de los XIII – XIV. El tira y afloja entre Isola y los borios representa un poco los vaivenes en política exterior de la propia Venecia entre el papa, el reino franco y el imperio bizantino. La campaña de Bogomila permitió evocar algunas tácticas de guerra fluvial de la invasión mongola de Vietnam. También fui incorporando detalles y anécdotas inspirados en otros puertos francos italianos, como Amalfi, por lo que Umida ha terminado siendo una amalgama de todas esas ciudades costeras, mercantiles y de dudosa y cambiante lealtad.


Una perspectiva subjetiva.


La escritura del texto sobre los enanos oscuros me dejó con dos cuentas pendientes. La primera es que, con pocas excepciones, casi todo lo publicado sobre Nemus hasta la fecha ha sido elaborado desde la clásica perspectiva del narrador omnisciente. Aunque esto me parece inevitable cuando se está haciendo worldbuilding, también quería explorar otras posibilidades, por ejemplo la figura de no uno sino varios narradores no omniscientes. La segunda es la necesidad de lograr una mayor integración entre los distintos textos, para conseguir así un Nemus más “vivo”.

Para solventar la primera cuenta pendiente, decidí optar por un miembro de la intelectualidad isolana como narrador. Su perspectiva es por tanto subjetiva, y quizá tienda a magnificar el papel de su república en todos los acontecimientos que narra. Es posible que algunas de las afirmaciones presentes en el texto merezcan ser consideradas etnocéntricas. Me disculparán los lectores por dejar tales cuestiones a su buen juicio, y trataremos de desarrollarlas más adelante mediante textos complementarios de otros autores. Quizá sea la narración de Demetria Ambrosia el primer capítulo de algo mucho más grande, una auténtica Nemi Magna Chronica.

En cuanto a la segunda, en este caso la idea era tratar al Gran Mar Central como algo más que un accidente geográfico en el mapa e ir esbozando las líneas de todo un ecosistema político, social y económico. Si bien los grandes sueños expansivos de Emporika (ese intento de restauración imperial “a lo Justiniano”) se vieron truncados por el desastre drow, decantándose la ciudad-reino por la alianza y asimilación con los vodavinios, me pareció interesante emplear Azalgrad como excusa para proyectar la potencia naval y comercial emporikana por el océano. Al mismo tiempo, dadas las características de Umida, una cierta rivalidad cultural y comercial con Isola parecía inevitable. La solución fue esbozar un clima de “tensa cooperación” entre las distintas repúblicas, incluyendo a Umida en esa “telaraña” diplomática internacional. También me tomé la libertad de desarrollar un poco a Felsina en su “intransigencia” anti-piratería, fruto de muchos años de gresca con los skallaagrim.
Es posible que algunos lectores hayan notado la ausencia total de referencias al Reino Cerrado de los altos elfos, sobre todo teniendo en cuenta su relativa proximidad geográfica a la Bahía de Memnos. La razón es sencilla: los altos elfos son aislacionistas, y muy raramente se meten en los asuntos de las razas jóvenes; la participación en la fase inicial de las Cruzadas no deja de ser un hecho puntual y excepcional. Que unos cuantos refugiados y piratas desharrapados monten una guarida insalubre no debería resultarles especialmente preocupante, aunque eso no quita que desde Cildraeth se hayan vigilado los progresos de Umida con interés.


La ciudad de las marismas.

Umida es un puerto franco situado en la costa de Eliria. La descripción de “enorme junco sin velas” es bastante apropiada, pues el asentamiento se sustenta sobre un sistema de pilares, diques y plataformas diseñado para lidiar con las cambiantes mareas y el veleidoso comportamiento de las aguas traicioneras de la marisma. Nadie sabe con certeza qué fue lo que provocó la Gran Marea, y no sería de extrañar que volviese a suceder.
Venecia y Port Royal han sido las principales fuentes de inspiración, pero no se puede negar que en Umida también hay bastante de la Tharbad de Tolkien: un puerto fronterizo y estratégico, rodeado de marismas. Y al igual que Tharbad en la Tercera Edad, Umida ha visto días mejores. No es el “montón de ruinas y tierras desmoronadas” que se encuentra Boromir en su viaje hacia Rivendel, pero convendría poner el acento en ese “perfil bajo” del que hablábamos antes.

La elección de juncos y bateas como medios de transporte acuáticos pretende evocar hasta cierto punto una estética “oriental”, al estilo de las culturas del Mar de la China Meridional. En lo que respecta a sus habitantes, Umida es quizá el crisol por excelencia de Nemus, albergando a gentes de muy diversa raza y procedencia.

Aunque el puerto esté gobernando oficialmente por un dux, su autoridad depende de un Consejo oligárquico integrado por una élite de mercaderes, contrabandistas y piratas, cada uno de ellos con sus propios planes e intereses. Algunos de esos aristócratas serían descendientes de los primeros refugiados que llegaron a la bahía de Memnos huyendo de las crisis del Antiguo Imperio, pero con el tiempo se les han ido uniendo todo tipo de oportunistas y advenedizos afortunados. En cualquier caso se trataría de un Consejo dividido y pródigo en todo tipo de disputas y rencores intestinos, solo capaz de ponerse de acuerdo en situaciones de grave peligro común.

Cada una de esas familias oligárquicas cuenta con sus propias clientelas armadas de lacayos y matones a sueldo, pero por encima de todos destacaría la Guardia Ducal al servicio del dux vigente. Si bien su núcleo continúa formado por mercenarios vatarios, a buen seguro integra a todo tipo de individuos pintorescos. Pensad en los mercenarios de MOM con yelmos emplumados o el guardaespaldas trogro de Reaper; es justo reconocer que la concepción de la Guardia Ducal ha sido en parte una excusa para buscarle un hueco a esa fantástica miniatura.


Fango, salitre y pendencias.

Las características de Umida la convierten en un potente escenario rolero. Se trata de un nido de piratas, pero también un mercado para todo tipo de transacciones. Esto significa que hay determinados productos o servicios que quizá no puedan encontrarse con facilidad en ningún otro lugar de Nemus, y es por tanto el lugar al que personajes honorables se verían obligados a recurrir en circunstancias desesperadas. Imaginemos a un sosias de Obi-Wan Kenobi asegurando a su joven e inocente pupilo que “no encontrará nunca un lugar como éste, tan lleno de maldad y vileza”, antes de atracar en sus muelles. Ser una Sodoma insalubre implica también el escenario idóneo para toparse con todo tipo de desposeídos, marginados, bichos raros y otros personajes característicos de los bajos fondos: mercaderes de dudosa reputación acosados por las deudas, mestizos que huyen de la discriminación en sus lugares de origen (medioelfos, semiorcos), esclavistas despiadados, hampones caídos en desgracia, etc. Todos ellos entremezclados con agentes de distintas facciones librando sus propias guerras encubiertas.

Umida es el lugar idóneo para que un grupo de personajes poco escrupulosos (o bien empujados por la necesidad y la desgracia) establezcan peligrosas y lucrativas relaciones con los círculos menos recomendables de Nemus, pudiendo obtener muy jugosas recompensas a cambio de sórdidos servicios. No sería difícil adaptar escenarios de juegos como Thud & Blunder para librar escaramuzas sobre sus canales, plataformas y muelles de madera, con diversas bandas de rufianes, bucaneros y buscavidas apuñalándose a cuenta de exóticos objetos de contrabando y asumiendo el riesgo de terminar desangrados en un callejón maloliente o tragados por las aguas cenagosas e impetérritas.

Comentarios

  1. Joder, es que esta ciudad da para un señor entorno de campaña de rol y bastante gordo.

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    1. En toda la labor de Xoso hay mucho de eso detrás ;)

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  2. Me has hecho recordar mi juventud en la carrera cuando mencionaste el libro Mahoma y Carlomagno. A pesar del tiempo que tiene es muy interesante y posee un enfoque sobre ciertos temas muy interesante.
    Por otra parte, en el apartado Rolero veo partidas en plan ajustes de cuentas de casas comerciales, fastidiar al rival para obtener más riqueza y poder, robo o adquisición de material prohibido... las posibilidades son muchas.

    Pd: Disfruté mucho de su lectura la semana pasada. Espero poder leer más de Nemus cuando sea posible

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    1. Mahoma y Carlomagno es una lectura de lo más recomendable. Al ser obra póstuma Pirenne no llegó a pasarlo a formato "literario" y por tanto resulta muy claro, conciso y al grano, aunque imagino que también podrá hacerse un poco duro para "neófitos" en la materia. De todas formas ha sido una obra muy influyente, hasta el punto de que hoy día siguen publicándose libros dedicados a apoyar o refutar (parcialmente) sus teorías.

      ¡Me alegro de que te haya gustado! E intentaremos seguir sacando nuevo material poco a poco :-)

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