Nemus: notas de diseño elfos de los bosques

Hacía varios meses que debería haber terminado a los elfos silvanos de Nemus. Originalmente iban a ir en ciclo con altos elfos, elfos grises y drows, pero se me atravesaron.
Posiblemente sean una de mis razas predilectas desde hace décadas, y los he visto enfocados de tantas maneras que no terminaba de decidirme.
Algunas cosas me marcaron, desde luego. Recuerdo que leyendo a Tolkien se decía que los elfos seguían caminos o sendas élficas en su viaje por la Tierra Media o hacia los Puertos Grises. Podría parecer algo sin más, pero me parecía muy evocador. Así que tomé esta vaga referencia como un punto focal para los elfos silvanos en Nemus.
Al final he terminado casi por obligarme a ponerme con ellos, porque quería cerrar el ciclo de las otras razas antes de ponerme con los humanos.

Origen
Dibujo de Anndr
No he hablado aquí del origen de la raza élfica en sí. Supongo que eso es algo que se remota tanto en el tiempo que habría llegado hasta la actualidad en forma de leyendas. Pero en lo tocante a los pueblos élficos en sí he asumido que sus separaciones se debieron a motivos ideológicos y sociales. No veía necesario utilizar el manido recurso de un conflicto religioso porque a estos o aquellos les hubiese dado por adorar al siniestro dios oscuro Nosequién. En un mundo inmenso y prácticamente por habitar, si un grupo no está de acuerdo con otro puede irse a otro lugar sin tener que iniciar una guerra absurda que no es más que un mal recurso argumental.
Así, si en las épocas más antiguas los drow siguieron caminos hacia las profundidades de la tierra, los elfos que quedaron sobre la superficie siguieron su propio destino para enfrentarse a sus propios cismas ulteriores.
Para crear ese cisma entre altos elfos y silvanos me he basado en la revolución neolítica, con el cambio de pastores por agricultores y el asentamiento en las primeras poblaciones. En el caso de los elfos habría pasado algo similar; mientras quienes serían los altos elfos se establecieron, aquellos que hoy llamamos silvanos continuaron su existencia nómada.
Hay que reseñar que los elfos no son una raza numerosa, así que Thara terminó cubriendo toda la necesidad espacial para los altos elfos (aunque posteriormente fuesen expandiéndose en colonias civiles y militares). Y, por otra parte, el mundo era lo suficientemente grande como para que los elfos silvanos pudiesen continuar su forma de vida sin necesitar nada más.

El sedentarismo y la organización del trabajo deja mucho espacio libre a la sofisticación cultural y a la creación de estructuras teológicas más complejas. De este modo los altos elfos se dotaron de algo que podríamos asemejar al panteón clásico. Mientras tanto los elfos silvanos continuaban con una existencia más pegada a la tierra, a errar siguiendo el curso de las estaciones, por lo que conservaron un -digamos- panteón paleolítico, con divinidades más elementales.
Si bien las diferencias a nivel físico en la actualidad entre altos elfos/grises y elfos del bosque son inapreciables, su cultura es radicalmente distinta. Incluso sus idiomas son hoy en día comprensibles para el otro.

Las Sendas
Los elfos de los bosques en Nemus son una raza nómada. La idea de palacios entre las ramas de los árboles es atractiva, y es posible que construyan algo así en asentamientos temporales, pero en su naturaleza está el ser un pueblo errante.
Nemus no es un mundo de fantasía de grandes reinos y fronteras definidas, si no una tierra extensa y poco habitada, donde las poblaciones están aisladas y los pueblos de distintas razas son como pocas estrellas dispersas en una noche muy oscura. Un lugar donde el viajero podría vagar durante semanas sin cruzarse con nadie. Un mundo de numerosos y enormes bosques, como decía en las primeras entregas.
Un mundo, en definitiva, para ser recorrido por el pueblo de las frondas. No en un vagabundeo errático, si no siguiendo lo que las otras razas llaman "sendas élficas". Líneas místicas que los elfos del bosque consideran las arterias de Nemus.
Cualquier otra cultura vería efectivamente este eterno caminar como algo errático, pero para el pueblo de las frondas es algo ritual. Para ello me he inspirado en los caminos rituales de los pueblos megalíticos de la Britania prehistórica.

Aunque Stonehenge ensombrece otras construcciones con su fama mundial, existen numerosos monumentos megalíticos en Britania. Desde Brodgar y las Callish de las Hébridas, hasta el gigantesco cromlech de Avebury, el propio Stonehenge, o los numerosos lugares de Gales. Incluso hasta Carnac en Bretaña.
Algunas teorías e investigaciones afirman que estos lugares estaban conectados por líneas que creaban caminos rituales que imitaban los ciclos vitales. Los peregrinos recorrerían estas rutas con propósitos espirituales o mundanos, como gestos votivos.
De este modo los elfos de los bosques de Nemus siguen caminos que solo ellos conocen en la representación de un ciclo eterno natural y espiritual. Un nudo o laberinto sin fin que recorren como reflejo de la propia eternidad. En los cruces de estos caminos el pueblo de las frondas erige menhires y otros monumentos líticos para señalarlos, o tal vez para celebrarlos, o encauzar el flujo energético que le atribuyen. Estos caminos acostumbran a ser ocultos y secretos, recorriendo algunas de las regiones más agrestes y los bosques más densos de Nemus, pero si, ocasionalmente, otro pueblo comete el error de asentarse sobre uno las consecuencias acostumbran a ser desastrosas. A pesar de todo las otras razas han terminado sintiendo un temor instintivo que parece mantenerles alejados de las rutas de los elfos de los bosques, lo que ha terminado dando lugar a una serie de arraigadas y muy bien fundamentadas supersticiones que harán que, por ejemplo, nadie en su sano juicio se atreva no solo a dañar, si no ni siquiera acercarse a uno de los menhires élficos.

La tutoría humana
Para mi una de las partes más evocadoras del Silmarillion es el relato del despertar de los elfos. Supongo que influido por esto (y de forma inconsciente hasta que me he dado cuenta de qué escribía y por qué) he querido mostrar el amanecer de los hombres ligado esta vez a los elfos silvanos.


He apañado un mapa bosquejado para que os hagáis una idea aproximada de donde y cómo es el lugar del despertar de los hombres: una llanura fluvial entre dos ríos, al norte de lo que en tiempos sería el Antiguo Imperio.
En un mundo que estaba casi en su totalidad cubierto por bosques los humanos llamaron a ese su primer hogar Nemus, que quiere decir "claro en el bosque", tal como explicaba en las primeras entregas.

Era una época de inocencia para el pueblo de las frondas y probablemente aceptarían con cariño la tutoría de esta joven raza. Les entregaron en primer lugar su idioma, que terminaría dando lugar al habla común en Nemus, y les trasladaron su cultura.
Los hombres conocieron a los dioses y espíritus del mundo de manos de los elfos del bosque. La mayoría de los humanos terminaron por levantar sus propios panteones, pero algunos de los pueblos más aislados y comunidades perdidas continúan adorando a los dioses primordiales élficos en el sistema teológico que se conoce como "Antigua Tradición".

Es de suponer que de los elfos también aprendieran las primeras artes y tecnologías. Pero no menos importante es que los acompañaran en su viaje eterno. De esta forma los elfos diseminaron a los hombres por el mundo, ya que cuando un grupo se cansaba de caminar a su lado se asentaba en algún lugar propicio. Quienes lo hicieran en primer lugar terminarían por estructurar una cultura más alejada de la tradición élfica, mientas que los que les acompañaron durante muchos más años terminaron por poseer una cultura más próxima.
Esta es la herramienta que me he dado para explicar las migraciones y la extensión de los humanos por Nemus en un origen casi mítico, preparando el terreno para ir aproximándome a las diferentes culturas humanas en próximos artículos.

De lombrices y gorgojos
Esa primera época de inocencia e ingenuidad del pueblo de las frondas terminaría pasando. Mientras que los elfos de los bosques continuaban atados a tradiciones primordiales otros pueblos comenzaban a medrar sobre Nemus, comprometiendo su ideal de ciclo eterno e inmutable.

Como es de suponer los elfos de los bosques  no se mueven como un único pueblo en una gran masa a lo largo de las Sendas. Están divididos en comunidades. Grupos semejantes a clanes. Cada uno de ellos con su propio enfoque para una realidad común. Con diferencias a veces sutiles y en ocasiones aparentemente radicales. Cada comunidad sigue las Sendas por separado, guiadas su casa real y su druida.
Una comunidad de elfos de los bosques cuenta con dos casas reales: invierno y verano, como reflejo del ciclo vital de Nemus. El paso de las estaciones determina qué casa es la que gobierna, aunque ambas mantienen el consejo de una suerte de druida permanente.
Un druida del pueblo de las frondas es en parte sacerdote, así como mago, curandero, maestro y consejero, juez y cronista. Como unión entre las diferentes comunidades existe un consejo druídico pan-élfico que guía el devenir general del pueblo de las frondas.

Fue ese consejo quien determinó la doctrina de lombrices y gorgojos, que alentaba la tolerancia ante las culturas y pueblos beneficiosas o neutrales para el ciclo eterno de Nemus, y propiciaba una actitud militante para con aquellos que afectaban al equilibrio.
Era esta una doctrina bastante laxa sujeta a interpretaciones individuales, por lo que cada druida, en virtud de su parecer y experiencias la aplicaba a su manera. Mientras que algunas comunidades eran más abiertas y amistosas, propiciando incluso la comunicación y el comercio con otras culturas, otras se mostraron abiertamente hostiles. Sobre todo en los meses fríos, cuando la casa de invierno -siempre más belicosa- tomaba el mando de su comunidad.
Las consecuencias dieron lugar a la imagen de raza impredecible, aleatoria, que los otros pueblos de Nemus tienen de los elfos del bosque.

Esto, por una parte, deja la puerta abierta a los conflictos que los jugadores quieran proponer. Tal vez, después de viajar durante varios siglos, una comunidad del pueblo de las frondas vuelva a un lugar importante siguiendo las sendas para encontrar que un grupo de humanos ha levantado su frágil reino sobre un cruce místico, derribando la piedra que marcaba el punto donde dos arterias de Nemus se cruzaban. La situación podría desembocar en una campaña que cuente los planes de los elfos de los bosques para destruir a los humanos.
Quien se acerque a Nemus desde un punto de vista rolero y desee interpretar a un elfo silvano podría encarnar a un miembro de una de las comunidades más aperturistas. Puede que le hayan enviado entre los hombres para que haga su propio viaje con ellos y aprenda de la experiencia como un ritual iniciático o -si sus intenciones son más oscuras- para conocer mejor al enemigo.
Como siempre mi propósito final es dejar abiertos todos los caminos posibles para que cada cual enfoque su interpretación libremente.

Comentarios

  1. Hay que ver como va creciendo Nemus xd, las ideas que más me han gustado de este apartado, son la forma de gobierno que tiene cada clan de elfos (muy buena la idea de los dos reyes), pero sobre todo la explicación sobre el cisma de los elfos, me gusta el hecho de ver que no todo tiene que ser explicado con magia/dioses, por cierto cuando he leido lo del consejo de druidas se me ha venido esto a la cabeza la carta magic "Juramente de Druidas" no se por que xd.

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    1. Generalmente he intentado evitar las explicaciones sobrenaturales siempre que sea posible. Naturalmente es un mundo de fantasía y hay lugar para cosas como la magia, pero me parece más coherente si hacemos uso de motivaciones razonadas por motivos mucho más pragmáticos y mundanos.

      Tengo una tribal de druidas casual para Modern. A ver si la monto y la juego un día :)

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  2. Como siempre, sublime. Le está quedando un mundo de los más evocador señor Endakil.

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    1. Muchas gracias, Víctor. Ya hay ganas de ir concretándolo en la medida de lo posible.

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  3. Es que da la impresion que las raices de nemus van más allá del tiempo y del espacio, desde el origen hasta el fin o fines del mundo como de una maraña se tratase en plan tardis.

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    1. Bueno, hay mucho del laberinto sin fin celta y de la serpiente de Uróboros.
      Espero no profundizar demasiado en las cuestiones metafísicas para no atormentar a los lectores :D

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  4. Bueno, pues es una forma de enfocar todo el asunto este de los elfos silvanos. Y dejar vía libre a druidas locos dispuestos a aplastar a las culturas humanas que se lo merezcan. XXDD

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    1. Y ya tienes a tus elfos silvanos en Nemus ;)

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  5. Muy buenas entradas, tanto la anterior como esta. El trasfondo que das a los Elfos Silvanos es, como siempre, abierto a interpretaciones. Esta visión permite hacer desde Elfos Silvanos clásicos con capucha y demás hasta bandas de elfos protoceltas semidesnudos cargados de tatuajes, pasando evidentemente por combinaciones de ambas visiones.

    Totalmente de acuerdo como siempre en dar explicaciones máś mundanas y menos mágicoreligiosas. Estás creando una ambientación consistente.

    Deseoso de leer sobre los reinos humanos. Un saludo!

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    1. De momento tengo tres facciones humanas (no estrictamente reinos) terminadas, además de Isola.
      Iré poniéndolos por aquí en próximas semanas.

      Yo también estoy pendiente de lo tuyo, no te creas ;)

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  6. "Esta es la herramienta que me he dado para explicar las migraciones y la extensión de los humanos por Nemus en un origen casi mítico (...)"

    Como narración mitificada me vale, pero espero que las migraciones humanas no se queden simplemente ahí. Algunos de los procesos de cambio más significativos de la historia humana (Pueblos del Mar, invasiones bárbaras del Imperio Romano) a día de hoy se explican mediante oleadas migratorias. Desde un punto de vista narrativo no es algo complicado de hacer, basta con un suceso natural (ya bien un desastre tipo erupción volcánica o epidemia, una lenta pero progresiva variación climática o una hambruna provocada por x factores) que provoque una reacción en cadena, plasmada en forma de grupos/etnias/comunidades humanas desplazándose unos a otros en busca de mejores condiciones de vida. El resultado suele ser una bola de nieve imparable que derriba imperios y puede alterar de manera decisiva las características poblacionales, sociales y políticas de continentes enteros.

    A mi personalmente, me resulta una herramienta narrativa mucho más atractiva para explicar grandes cambios geopolíticos que el habitual "vino un mago e hizo caer un meteorito y entonces los orcos aprovecharon e invadieron".

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    1. Claro. Esta "tutoría silvana" equivaldría a algo así como la salida de África. Posteriormente habría otros muchos movimientos migratorios. Sin pasar por alto que la densidad de población en Nemus no es muy elevada.

      Cuando nos metamos en faena con los humanos ya iremos viéndolo, pero de momento hay alguna pista por ahí ;)

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  7. Bien. A ver qué nos tienes preparado con esos malvados simios sin pelo :)

    Por cierto, he empezado hoy Rise of the Argonauts, no sé si lo recordarás.

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    1. Me gustó un montón :)
      No sé qué tal le habrán sentado los años.

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