No tengo muy claro qué decir de este libro. Si tengo claro qué palabra no utilizar: apasionante.
Esperaba con muchas ganas esta nueva serie fantástica de Tad Williams. En aquellos tiempos su saga Añoranzas y Pesares me resultó lo más interesante en el mar de dragonadas en el que flotábamos después de zarpar de Tolkien, y su Canción de Cazarrabo también me gustó mucho. Esperaba y esperé hasta que todos los tomos de Shadowmarch estuvieron disponibles en español y decidí darle el lugar de honor en mi inicio de campaña de lecturas fantásticas del final del verano. Pero me temo que he quedado muy decepcionado.
Antes que nada quiero señalar un gran defecto del libro que no es culpa del autor y que es de justicia comentar por separado: la traducción. Mediocre.
Empezó de forma bastante desalentadora. En una escena un grupo de nobles va a cazar un wyvern y en la descripción destaca que su cuerpo estaba cubierto de cuernos y escalas (!). Mucha atención a la traducción de "scales" como "escalas". Sí señor, de las acepciones posibles para "scales" la más adecuada para describir el aspecto de un gigantesco reptil es "escalas". Un gran aplauso para el traductor y el editor; esa gente que mejora la calidad de un libro y es una de las razones por las que cuestan tanto. Os habéis ganado el sueldo.
Hay otro aspecto de la traducción que muestra una inaceptable falta de interés y de atención y que resulta molesta y desconcertante para el lector. Y es que el traductor se forma un lío impresionante en la forma en que los personajes se tratan entre ellos. Plebeyos que se tratan de usted y que después tratan de tú a un noble o a un príncipe. De usted. En un mundo medieval fantástico. Lo mismo lo del voseo le sonaba argentino, vaya usted a saber.
En lo que a la saga se refiere está evidentemente "inspirada" por Canción de Hielo y Fuego. Tenemos una isla alargarda llena de reinos que conspiran entre sí, una amenaza en el norte más allá de un muro y el ominoso avance de un poder militar al otro lado del mar. Por no hablar de los saltos narrativos de PoVs entre personajes en distintas ubicaciones.
Aun así el autor mete una pátina original cambiando a los zombies norteños por hadas (una mezcla de trasgos de Labyrinth comandados por drows) y a los Targaryen por una especie de batiburrillo entre un faraón y un rey persa.
Estaría inclinado a aceptar "homenajes" si la obra merece la pena, pero me temo que este no es el caso.
Sé que el estilo de Tad Williams es pausado, pero es evidente que esta saga está llena de paja hasta el final de las más de 600 páginas que tiene cada uno de los 4 tomos. O bien el autor no tiene mucha idea de lo que hace y divaga por gusto o pérdida, o hay una clara intención de llenar páginas y páginas de auténtica bosta narrativa para tener la escusa para poder venderte cuatro tochazos a 25€ cada uno.
Son montones de páginas de argumentos circulares y de soliloquios reflexivos. Quiero acción, aventuras, conspiraciones, violencia, sexo... ¡lo que sea! Lo que no quiero es tener que estar leyendo páginas y páginas de reflexiones penosas sobre la soledad del poder, traumas del pasado o el dolor de un amor imposible. Que tendrá su público, no lo niego, pero para mi es un peñazo insufrible que solo sirve para añadir páginas de bosta adicionales.
Y lo que terminó por sacarme del libro fue la cantidad de situaciones sin sentido que empujan la narración en una determinada dirección. Siguiendo con la referencia a Canción de Hielo y Fuego, una de las cosas que me gustó de la obra de Martin fue la cantidad de veces que un personaje hacía tal o cual cosa y me dejaba pensando "qué listo... y cabronías", o "¡yo habría hecho lo mismo!".
Aquí no. Aquí tenemos una buena cantidad de situaciones y decisiones idiotas.
La más llamativa es la siguiente. Hacia nosotros avanza una horda de seres feericos que no conocemos ni su forma de combatir, ni su número (¡pero sabemos que son muchísimos!). Estamos en la capital de nuestro reino, un formidable castillo ubicado en una península de forma que cuatro de sus lados dan directamente al mar ¡y sabemos que las hadas no toleran el agua! Hemos avisado a todos los nobles para que manden sus fuerzas en nuestro auxilio, aunque se da la circunstancia de que nosotros ya tenemos un buen número de nobles y hombres en la ciudad. ¿Qué hacemos en esa situación? Pues avanzar hacia ese enemigo desconocido con la casi totalidad de nuestras fuerzas disponibles que habrían podido defender el castillo durante meses porque "lo peor sería que nos asediasen".
Claro, pasa lo que es de esperar. Pero tampoco vamos a echarle las culpas al joven príncipe, porque los nobles y oficiales también pensaron que era un plan estupendo.
Parece que después esto dará lugar a una trama en que las hadas tienen al príncipe capturado y blah, blah, blah, pero como lector me siento defraudado si el autor fuerza las situaciones de una forma tan torticera.
Cómo estarán las cosas si la trama que menos me atraía (las circunstancias de una concubina en el enorme harem del sah/faraón) fue la que acabó por resultarme, con mucho, la más interesante.
Decepcionado -si no defraudado- es el adjetivo que mejor define mis sentimientos respecto a esta obra. Sosa, aburrida, llena de paja. Y extendiéndose en cuatro enormes y caros tomos, lo que no ayuda a mitigar la sospecha de que se trata de un sacacuartos bastante mal realizado. Sospecha que se reafirma cuando, después de capítulos y capítulos de tediosa siesta, en las últimas 20 páginas tenemos más acción y acontecimientos trascendentes que en todo el libro junto: un intento de cliffhanger evidente y chapucero, que le deja a uno con la sensación de "bueno intento, pero ya no cuela".
Sirva para haceros una idea de cómo será la cosa que ahora estoy leyendo un ensayo sobre teología en la lengua de Shakespeare y me está resultando muchísimo más interesante.
Esperaba con muchas ganas esta nueva serie fantástica de Tad Williams. En aquellos tiempos su saga Añoranzas y Pesares me resultó lo más interesante en el mar de dragonadas en el que flotábamos después de zarpar de Tolkien, y su Canción de Cazarrabo también me gustó mucho. Esperaba y esperé hasta que todos los tomos de Shadowmarch estuvieron disponibles en español y decidí darle el lugar de honor en mi inicio de campaña de lecturas fantásticas del final del verano. Pero me temo que he quedado muy decepcionado.
Antes que nada quiero señalar un gran defecto del libro que no es culpa del autor y que es de justicia comentar por separado: la traducción. Mediocre.
Empezó de forma bastante desalentadora. En una escena un grupo de nobles va a cazar un wyvern y en la descripción destaca que su cuerpo estaba cubierto de cuernos y escalas (!). Mucha atención a la traducción de "scales" como "escalas". Sí señor, de las acepciones posibles para "scales" la más adecuada para describir el aspecto de un gigantesco reptil es "escalas". Un gran aplauso para el traductor y el editor; esa gente que mejora la calidad de un libro y es una de las razones por las que cuestan tanto. Os habéis ganado el sueldo.
Hay otro aspecto de la traducción que muestra una inaceptable falta de interés y de atención y que resulta molesta y desconcertante para el lector. Y es que el traductor se forma un lío impresionante en la forma en que los personajes se tratan entre ellos. Plebeyos que se tratan de usted y que después tratan de tú a un noble o a un príncipe. De usted. En un mundo medieval fantástico. Lo mismo lo del voseo le sonaba argentino, vaya usted a saber.
En lo que a la saga se refiere está evidentemente "inspirada" por Canción de Hielo y Fuego. Tenemos una isla alargarda llena de reinos que conspiran entre sí, una amenaza en el norte más allá de un muro y el ominoso avance de un poder militar al otro lado del mar. Por no hablar de los saltos narrativos de PoVs entre personajes en distintas ubicaciones.
Aun así el autor mete una pátina original cambiando a los zombies norteños por hadas (una mezcla de trasgos de Labyrinth comandados por drows) y a los Targaryen por una especie de batiburrillo entre un faraón y un rey persa.
Estaría inclinado a aceptar "homenajes" si la obra merece la pena, pero me temo que este no es el caso.
Sé que el estilo de Tad Williams es pausado, pero es evidente que esta saga está llena de paja hasta el final de las más de 600 páginas que tiene cada uno de los 4 tomos. O bien el autor no tiene mucha idea de lo que hace y divaga por gusto o pérdida, o hay una clara intención de llenar páginas y páginas de auténtica bosta narrativa para tener la escusa para poder venderte cuatro tochazos a 25€ cada uno.
Son montones de páginas de argumentos circulares y de soliloquios reflexivos. Quiero acción, aventuras, conspiraciones, violencia, sexo... ¡lo que sea! Lo que no quiero es tener que estar leyendo páginas y páginas de reflexiones penosas sobre la soledad del poder, traumas del pasado o el dolor de un amor imposible. Que tendrá su público, no lo niego, pero para mi es un peñazo insufrible que solo sirve para añadir páginas de bosta adicionales.
Y lo que terminó por sacarme del libro fue la cantidad de situaciones sin sentido que empujan la narración en una determinada dirección. Siguiendo con la referencia a Canción de Hielo y Fuego, una de las cosas que me gustó de la obra de Martin fue la cantidad de veces que un personaje hacía tal o cual cosa y me dejaba pensando "qué listo... y cabronías", o "¡yo habría hecho lo mismo!".
Aquí no. Aquí tenemos una buena cantidad de situaciones y decisiones idiotas.
La más llamativa es la siguiente. Hacia nosotros avanza una horda de seres feericos que no conocemos ni su forma de combatir, ni su número (¡pero sabemos que son muchísimos!). Estamos en la capital de nuestro reino, un formidable castillo ubicado en una península de forma que cuatro de sus lados dan directamente al mar ¡y sabemos que las hadas no toleran el agua! Hemos avisado a todos los nobles para que manden sus fuerzas en nuestro auxilio, aunque se da la circunstancia de que nosotros ya tenemos un buen número de nobles y hombres en la ciudad. ¿Qué hacemos en esa situación? Pues avanzar hacia ese enemigo desconocido con la casi totalidad de nuestras fuerzas disponibles que habrían podido defender el castillo durante meses porque "lo peor sería que nos asediasen".
Claro, pasa lo que es de esperar. Pero tampoco vamos a echarle las culpas al joven príncipe, porque los nobles y oficiales también pensaron que era un plan estupendo.
Parece que después esto dará lugar a una trama en que las hadas tienen al príncipe capturado y blah, blah, blah, pero como lector me siento defraudado si el autor fuerza las situaciones de una forma tan torticera.
Cómo estarán las cosas si la trama que menos me atraía (las circunstancias de una concubina en el enorme harem del sah/faraón) fue la que acabó por resultarme, con mucho, la más interesante.
Decepcionado -si no defraudado- es el adjetivo que mejor define mis sentimientos respecto a esta obra. Sosa, aburrida, llena de paja. Y extendiéndose en cuatro enormes y caros tomos, lo que no ayuda a mitigar la sospecha de que se trata de un sacacuartos bastante mal realizado. Sospecha que se reafirma cuando, después de capítulos y capítulos de tediosa siesta, en las últimas 20 páginas tenemos más acción y acontecimientos trascendentes que en todo el libro junto: un intento de cliffhanger evidente y chapucero, que le deja a uno con la sensación de "bueno intento, pero ya no cuela".
Sirva para haceros una idea de cómo será la cosa que ahora estoy leyendo un ensayo sobre teología en la lengua de Shakespeare y me está resultando muchísimo más interesante.
Creo que es la primera vez que leo una crítica negativa tuya y me encanta :D
ResponderEliminarTe recomiendo mucho la trilogía de Lyonesse de Jack Vance.
Alguna negativa hay. Aquí tienes otra: http://frikidiario.blogspot.com.es/2011/03/harald-el-vikingo.html
EliminarMe doy cuenta de que las negativas me salen más largas. Supongo que me sirven para desahogarme :P
Ahora mismo estoy en un interludio dudoso. Veremos qué cae :)
Pues me leí los cuatro libros!! Ala, me toca hacer post doble, en nuestra mejor tradición. :D
ResponderEliminarMe gusta eso de las dos visiones. Muy enriquecedor :)
EliminarPaso por tu blog.
Ya sabe que me desvivo por culturizarle :P
EliminarLo de la paja.. la verdad es que hay ciertas historias que quedan por ahí colgando, de las que no se vuelve a saber. Si que queda cojo por momentos el libro.
¿Que además no cierra tramas? :D
EliminarJajajajaaja, como te pasas. NO, lo verdad sea dicha, deja bastante que desear, sobre todo después de leer Añoranzas y pesares. A mi me resultó entretenida, pero demasiado parecida a su "progenitora". Y ojo, que si nos ponemos a hacer comparaciones, puede que esta suene mucho a Canción de Hielo y Fuego, pero es que la obra de Martin suena demasiado a Añoranzas y pesares, con una amenaza en el norte, y unos nómadas de las estepas en el sur... etc.
ResponderEliminarNo es que sea radicalmente mala. Creo que, con el "simple" hecho de quitar paja hasta dejarlo en tres únicos volúmenes la serie ganaría enteros.
EliminarNo sé si es culpa del autor o de un nefasto (o codicioso) editor.
Coincido plenamente contigo, Endakil. Yo lo dejé a la mitad de la primera novela más o menos. Mucho relleno no, lo siguiente. Básicamente me cansé de esperar a que empezase el libro de una vez.
ResponderEliminarPues ya te digo que empieza en las últimas 20 páginas :D
EliminarComo una partida de Warhammer en la que pasas más tiempo desplegando que jugando :P
Ups, vaya crítica más demoledora.
ResponderEliminar¡Buenas!
Una cuestión: en el título del post se señala el primer volumen de Shadowmarch, sin embargo a lo largo de la reseña esparces las quejas a toda la tetralogía. Digo esto porque ahora mismo me hallo en mitad de "La frontera de las sombras" y me gustaría saber si esa falta de chicha es solo en este inicio o abarca toda la saga.
Estoy de acuerdo contigo, a la historia le falta fuerza, esa chispa que te haga devorar cada página en busca del "corazón del enigma" (hasta donde llevo leído, ya te digo). Los personajes son algo anodinos; tanto es así que a menudo los confundo a unos con otros, dada su falta de... ¿carisma? Y las semejanzas con Canción de Hielo y Fuego son tantas, que me cuesta imaginar cómo Tad Williams, el que fuera inspirador de G.R.R. Martin (declarado por él mismo), ha podido caer en un parecido semejante.
Sobre la traducción no digo nada que me pongo que mal humor (con lo que cuesta cada uno de los títulos de Shadowmarch en España podían haber hilado un poco más fino a este respecto).
Nada más; como digo, muy en sintonía con tu comentario.
Buen blog. Un saludo ;)
Hola Frank,
EliminarGracias.
Me quedé en el primero tomo; hay muchas más cosas mucho más interesantes para leer en la pila de lectura.
Mencionaba los siguientes asumiendo que si este es un tocho lleno de paja los siguientes tienen toda la pinta de serlo.