Corvus es la continuación de Los Diez Mil. Está dentro de la trilogía Los Macht (término que desde el primer momento me ha parecido que no pega nada con el trasfondo pero, en fin...) aunque podría leerse de forma independiente.
Si el primer libro trataba sobre, bueno, Los Diez Mil en clave de fantasía, no necesitaremos que unas cuantas páginas para descubrir que este es la versión fantástica de Alejandro Magno. Sí, hay algunas diferencias notables aquí y allá, pero tanto el personaje en sí mismo, como sus hechos están inspirados en el amigo Iskander. Concretamente la campaña griega.
Aunque aquí no está Filipo. Y el protagonista de la primera novela se convierte en un Jenofonte más cercano en el tiempo y en una especie de ídolo/mentor.
La novela es, en líneas generales, mejor que la anterior. Con esto no quiero decir que sea mala. Ni buena.
Si hubiese una Champions con Tolkien, R.R. Martin, Negrete, Sapkowski o Tad Williams, pero también una 3ª Regional con R.A. Salvatore y compañía... podríamos decir que Kearney es un equipo ascensor, que pasa entre 2ª y la parte baja de la tabla de 1ª constantemente.
En las mejoras respecto al primer volumen destacaría la profundización en los personajes. Ahora son mucho más ricos y complejos. Al menos el personaje principal, que ha ganado enteros desde el libro anterior.
Al igual que Los Diez Mil, esta es una obra de fantasía bélica, y es ahí donde está su fuerte. Las batallas y las penurias de las campañas están bien narradas. No quiero que se me entienda mal; no diré que están extraordinariamente descritas (no es Christian Cameron), pero se nota que gran parte del esfuerzo narrativo está ahí puesto.
Donde, en mi opinión, la novela hace aguas es en la trama de la familia del protagonista. No aporta absolutamente nada al libro, y su único cometido es dar pie a la escena final de venganza.
Venganza que el lector estará esperando porque los malhechores son una auténtica caricatura de maldad. Todo ello sazonado de un episodio de violencia sexual para remarcar aun más las penalidades de los familiares del prota y la vileza de los villanos.
Como decía esta trama no aporta nada, y el episodio de violencia sexual resulta bastante desagradable, estropeando aun más un buen porcentaje del libro.
Otra cosa que me ha llamado la atención han sido los fallos de raccord o "las cosas no funcionan así".
Enumeraré unos pocos que recuerdo, porque estas cosas son divertidas:
- Curación estilo Lobezno. Varios personajes son heridos en combate. Algunos de ellos de considerable gravedad (una fractura abierta de brazo). En unos días están curados y combatiendo en primera fila en una falange hoplita.
- Patada poderosa. Hay un asedio. Kearney nos cuenta que por una escala suben diez o doce hombres. Uno de los defensores se percata y, de una patada, la derriba.
- Carretilla de asedio. Los villanos se hacen con una carretilla (se la roban a un refugiado porque son malísimos). Con ella se dirigen a la villa fortificada donde se esconde la familia del protagonista. El autor claramente especifica que es una vivienda lujosa, protegida del exterior, con una pesada puerta de madera reforzada con metal y un travesaño interior. Los personajes de dentro de la vivienda refuerzan aun más la puerta arrastrando muebles contra ella. Pues bien, después de unos cuantos intentos los villanos derriban dicha puerta con la carretilla del refugiado.
Por cierto, venían de derribar del mismo modo la puerta de otra vivienda de otro personaje importante. No sé por qué Corvus lo intentó con las escalas y se molestó en construir torres de asedio; habría sido más efectivo destruir el portón de la ciudad con carretillas.
No me parecen errores insignificantes. Tal vez para la trama no tengan gran importancia, pero descolocan totalmente al lector que se quedará perplejo, volviendo leer para asegurarse de que ha entendido bien semejantes despropósitos. Esto, en mi opinión, es tanto fallo del autor, como del editor, que debería leer la novela y hacer reescribir estas pifias.
¿Recomendaría este libro? No.
Hay novelas peores, pero también mucho mejores. Ahora mismo estoy cuestionándome si leeré el tercero. No son muy extensos y, bueno, sería cerrar el círculo. Aunque en cierto modo estaría obligándome a hacerlo, ya que mi interés es más bien bajo.
Lo peor de todo es que este autor tiene una obra más famosa: Las Monarquías de Dios. Pero que también es más extensa (cinco volúmenes) y que, tras esta experiencia, no estoy muy seguro de querer leer, porque Los Macht no me han entusiasmado en absoluto.
Si el primer libro trataba sobre, bueno, Los Diez Mil en clave de fantasía, no necesitaremos que unas cuantas páginas para descubrir que este es la versión fantástica de Alejandro Magno. Sí, hay algunas diferencias notables aquí y allá, pero tanto el personaje en sí mismo, como sus hechos están inspirados en el amigo Iskander. Concretamente la campaña griega.
Aunque aquí no está Filipo. Y el protagonista de la primera novela se convierte en un Jenofonte más cercano en el tiempo y en una especie de ídolo/mentor.
La novela es, en líneas generales, mejor que la anterior. Con esto no quiero decir que sea mala. Ni buena.
Si hubiese una Champions con Tolkien, R.R. Martin, Negrete, Sapkowski o Tad Williams, pero también una 3ª Regional con R.A. Salvatore y compañía... podríamos decir que Kearney es un equipo ascensor, que pasa entre 2ª y la parte baja de la tabla de 1ª constantemente.
En las mejoras respecto al primer volumen destacaría la profundización en los personajes. Ahora son mucho más ricos y complejos. Al menos el personaje principal, que ha ganado enteros desde el libro anterior.
Al igual que Los Diez Mil, esta es una obra de fantasía bélica, y es ahí donde está su fuerte. Las batallas y las penurias de las campañas están bien narradas. No quiero que se me entienda mal; no diré que están extraordinariamente descritas (no es Christian Cameron), pero se nota que gran parte del esfuerzo narrativo está ahí puesto.
Donde, en mi opinión, la novela hace aguas es en la trama de la familia del protagonista. No aporta absolutamente nada al libro, y su único cometido es dar pie a la escena final de venganza.
Venganza que el lector estará esperando porque los malhechores son una auténtica caricatura de maldad. Todo ello sazonado de un episodio de violencia sexual para remarcar aun más las penalidades de los familiares del prota y la vileza de los villanos.
Como decía esta trama no aporta nada, y el episodio de violencia sexual resulta bastante desagradable, estropeando aun más un buen porcentaje del libro.
Otra cosa que me ha llamado la atención han sido los fallos de raccord o "las cosas no funcionan así".
Enumeraré unos pocos que recuerdo, porque estas cosas son divertidas:
- Curación estilo Lobezno. Varios personajes son heridos en combate. Algunos de ellos de considerable gravedad (una fractura abierta de brazo). En unos días están curados y combatiendo en primera fila en una falange hoplita.
- Patada poderosa. Hay un asedio. Kearney nos cuenta que por una escala suben diez o doce hombres. Uno de los defensores se percata y, de una patada, la derriba.
- Carretilla de asedio. Los villanos se hacen con una carretilla (se la roban a un refugiado porque son malísimos). Con ella se dirigen a la villa fortificada donde se esconde la familia del protagonista. El autor claramente especifica que es una vivienda lujosa, protegida del exterior, con una pesada puerta de madera reforzada con metal y un travesaño interior. Los personajes de dentro de la vivienda refuerzan aun más la puerta arrastrando muebles contra ella. Pues bien, después de unos cuantos intentos los villanos derriban dicha puerta con la carretilla del refugiado.
Por cierto, venían de derribar del mismo modo la puerta de otra vivienda de otro personaje importante. No sé por qué Corvus lo intentó con las escalas y se molestó en construir torres de asedio; habría sido más efectivo destruir el portón de la ciudad con carretillas.
No me parecen errores insignificantes. Tal vez para la trama no tengan gran importancia, pero descolocan totalmente al lector que se quedará perplejo, volviendo leer para asegurarse de que ha entendido bien semejantes despropósitos. Esto, en mi opinión, es tanto fallo del autor, como del editor, que debería leer la novela y hacer reescribir estas pifias.
¿Recomendaría este libro? No.
Hay novelas peores, pero también mucho mejores. Ahora mismo estoy cuestionándome si leeré el tercero. No son muy extensos y, bueno, sería cerrar el círculo. Aunque en cierto modo estaría obligándome a hacerlo, ya que mi interés es más bien bajo.
Lo peor de todo es que este autor tiene una obra más famosa: Las Monarquías de Dios. Pero que también es más extensa (cinco volúmenes) y que, tras esta experiencia, no estoy muy seguro de querer leer, porque Los Macht no me han entusiasmado en absoluto.
Seguro que utilizaban las reglas del Pathfinder...... :D
ResponderEliminarotro libro a la lista de los no leer ;)
de todas formas yo sigo con mi relectura de patria
Desde luego hay personajes que tiene que haber pillado combinaciones de dotes de lo más peculiares para realizar alguna de sus acciones.
Eliminar¡Lo de la carretilla de asedio es buenísimo! Me lo anoto para futuras partidas.
ResponderEliminarRecuerdo una campaña de MERP en la que el master nos dejó acarrear una catapulta con unos burricos.
EliminarCuando, unos días después, la misión era desalojar a un grupo de orcos de un torreón abandonado, la catapulta demostró su utilidad... y el master se arrepintió de habérnoslo consentido.
U otra (también de MERP) en la que construimos -al más puro estilo Equipo A- una suerte de cuádriga acorazada del ancho exacto de una calle. Cuando los malos vinieron a extorsionar a los comerciantes de la ciudad los arrollamos con nuestro ingenio. Adicionalmente uno de los PJs asomaba arrojando frascos de nafta. Por si acaso... y para añadirle un toque Michael Bay al asunto.
Y, aun así, esas partidas de rol estrafalarias tenían más sentido que lo que leí en este libro :P
Por cierto, vale la pena señalar que he pasado de leer el tercer volumen a la fuerza.
ResponderEliminarLeí otra novela de Conan (con las que me recompenso cuando he leído algo largo, denso o malo) y ahora estoy con el primero de Shadowmarch. A ver qué tal pinta...
Lo de la escala depende de como sea la escala... lo de la carretilla de asedio, es de risa. Ese no ha llevado una carretilla en su vida. Si chocas con algo, la mayor parte del golpe te lo llevas tú. No en vano es una maquina pensada para hacer fuerza hacia arriba.
ResponderEliminarEn fin, es lo que tienen estas cosas... Pero en muchos libros he visto cosas peores.
Desde luego no es de los horribles (La Sombra Carmesí todavía apesta desde lo alto de la estantería), pero no se lo recomendaría a nadie. Hay muchas cosas estupendas ahí fuera.
EliminarUna carretilla contra la puerta de una casa fortificada rollo villa romana... yo creo que la carretilla terminaría hecha pedazos.
Empecé a leer las primeras líneas del tercer volumen... pero decidí que no había razón para obligarme a pasar por eso teniendo cosas tan buenas en la cola de lectura.