Materia Celeste

Materia Celeste es una novela de ciencia alternativa para uso de humanistas. O "entre las esferas cristalinas", según su edición inglesa.
Y lo cierto es que los editores debieron vérselas y deseárselas para clasificar esta obra. Desde luego yo no me creo capaz de encasillarla en un género en concreto.

Tal vez podría decir que es una ucronía sandalpunk en un universo donde las teorías aristotélicas son una realidad. Ahí queda eso.

Será mejor que me explique...
Materia Celeste propone un mundo donde todas las creencias científicas griegas son correctas. Esto supone, por ejemplo, que los cuerpos celestes están contenidos en sus esferas cristalinas, con la Tierra como centro del universo. O que las enfermedades están causadas por humores y miasmas.
Incluso los dioses están presentes inspirando a los hombres.

En este mundo Alejandro no murió joven, si no que continuó conquistando hasta entrar en conflicto con China.
Además no se enfurruñó con Aristóteles, si no que lo impuso como director de la Academia. En su nuevo cargo el estagirita desterró a la Filosofía y a la Historia, centrando todo el esfuerzo de la Academia en materias tangibles, principalmente en el plano bélico.

La acción se sitúa en lo que sería el siglo VIII de nuestro universo. En un mundo iluminado por la ciencia las religiones dogmáticas no tienen cabida -así que no tenemos cristianismo ni islam- lo cual ha supuesto un salto tecnológico impresionante. El propio Aristóteles ya equipó a las tropas de Alejandro con lanzadores evac (una suerte de pistolas y rifles alimentados por fuego-oro que lanzan tetraedros a través de aire rarificado). Hoy la Liga Délica (la potencia helénica del libro) dispone ya de astronaves e incluso bases en otros planetas. Pero no son astronaves según la idea que tenemos en mente, si no pedazos de luna que, al ser una materia más "etérea" flota libremente, lo cual les permite construir desde pequeños transportes personales hasta diseños del tamaño de una ciudad.


La Liga Délica está en conflicto con el Reino Medio, con un frente abierto en el Tibet y otro en Atlantea (América), donde ambas potencias están combatiendo.
Si la ciencia griega funciona para los griegos lo mismo sucede con las ideas científicas y médicas para los chinos. El Tao funciona tanto como filosofía personal como ciencia, y han desarrollado lanzas Xi (una suerte de rifles lanza-shurikens), y cometas para enfrentarse a la flota selenita griega.

Siento haber tenido que atormentaros con una introducción tan larga, pero el planteamiento de este libro es tan peculiar que un comentario no se entendería sin explicar el trasfondo.
En cuanto a la trama nos encontramos con que la Liga Délica se ha propuesto acabar con la guerra de una vez por todas. Para ello han ideado un plan ciertamente notable: enviar una nave al sol para que robe un pedazo de él (la materia celeste del título) y lo arroje sobre Pekín arrasándolo todo y eliminando a todo el gobierno chino.
La nave en cuestión es una estructura descomunal, con un personal que se cuenta por centenares, y aun más esclavos que asisten todas las necesidades de científicos y militares... incluyendo ocuparse de las ¡granjas de generación espontánea!
Los protagonistas de la novela forman un cuadro de mando que es lo más parecido que uno se pueda imaginar a la tripulación multicultural de Star Trek. Por un lado tenemos a un científico ateniense como personaje principal, un general espartano, un ingeniero persa, un físico teórico indio, un jefe de personal galo y una guardaspaldas cheroqui (todas las culturas asimiladas por la Liga Délica tienen los mismos derechos y obligaciones, incluidas las colonias de Atlantea).

Ciertamente la idea de fondo es espectacular, jamás había visto un mundo (sea de ci-fi o fantasía) tan impresionante. Tan absolutamente genial, por qué no decirlo. La trama en sí ya es otra cosa.
Si no fuese por el arrebatador sentimiento de maravilla que me ha despertado me habría costado aun más leerla.
Y es que, desde luego, se hace lenta, lenta, lenta. Y no es que tenga muchas páginas, pero el ritmo es taaan pausado que por momentos tenía auténticos ataques soporíferos. Tampoco es que no pasase nada, pero el ambiente era tan calmado que podía conmigo.
Quitando el personaje principal -que nos relata el libro en primera persona- el resto solo están bosquejados. Se nos muestra cual es su filosofía personal y se les pone a rodar dejando que sigan su camino, por lo que nos resultarán planos, sosos y predecibles.
De hecho las páginas que más he disfrutado han sido las que narraban la "historia" y la situación política y militar (descubrir un espaciopuerto en Cádiz ha sido impagable). Tal vez no sea objetivo, porque con las ucronías (siendo ambiguos y considerando que Materia Celeste lo es) siempre me pasa lo mismo; me quedo con ganas de saber más sobre cual es el estado de las cosas y cómo se ha llegado allí (así me quedé con Cuando el Dragón Despierte).
Que el final sea lo más hippy que uno pueda imaginarse tampoco ayuda mucho.

No es una novela que recomendaría a todo el mundo. Para unos será demasiado WTF, mientras que para la mayoría será lenta. Además requiere unos conocimientos previos de astronomía ptolemaica y ciencia aristotélica sin los cuales todo resultará surrealista y desconcertante.
Tampoco se puede decir que sea una ucronía en el sentido clásico what if.
El punto fuerte de Materia Celeste es su brutal originalidad, y aquellos que quieran ser sorprendidos encontrarán plena satisfacción entre sus páginas, siempre que se centren tan solo en deleitarse con el sentido de la maravilla.

Comentarios

  1. Uuuu...Novela de filósofo-historiador fumado, y lenta para mas inri... pues si que nos la has puesto bien. :p

    Acabo de adquirir un montón de libros de segunda mano, asín que... esto va a tener que esperar. Un buen rato...XD

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    1. Bueno, te has leído alguno que pa'qué... no creo que este fuese demasiado duro XD

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  2. Pues un juego de rol basado en esta ambientación daria para bastante

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    1. Sería un género nuevo.

      Antes de que el protagonista embarque hacia el sol se pega un viaje turístico por el Mediterráneo que da una idea muy interesante de la situación.
      Lo mejor es el astropuerto y las baterías de cañones de Cádiz :D

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  3. Como juego de rol tenías el Spelljamer, que por lo que comentas es muy similar en ambientación, pero con elfos, enanos y demás :)

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