No voy a andarme con rodeos: este es uno de los mejores libros que he leído jamás. Es magnífico a tantísimos niveles que es difícil encontrar un modo de empezar a hablar de él. Que sea por el argumento...
Nos encontramos en la isla de Britania, corre el año 600 aproximadamente y acompañamos a uno de los bardos más importantes de la Historia: Aneirin, que será nuestro narrador.
¿Por qué es famoso Aneirin? Por ser el autor de una de las más importantes obras del periodo bajomediaval (o de la antigüedad tardía) conocido con el original nombre de El Libro de Aneirin. Dentro de este libro la parte más conocida e importante es el poema titulado Y Gododdin. En Y Gododdin Aneirin nos narra la suerte del reino de Gododdin (que vendría a ser el territorio alrededor de la actual Edimburgo) en su campaña militar contra el reino anglo de Deira (que se extendía al norte del río Humber, y que más tarde se convertiría en Nortumbría [la actual Northumberland, o "Tierra al Norte del Humber" literalmente]).
Si conocéis Y Gododdin ya sabéis cómo termina todo esto. Si no no quiero quitaros esa parte de emoción de la novela.
John James, el autor de la obra, poseyó un par de rasgos que facilitaron la excelencia de la novela:
- En primer lugar era galés, y eso se nota porque nos está hablando de las gentes del Hen Ogledd. El Hen Ogledd o "Viejo Norte" son los reinos britanos que quedaron aislados de las actuales Gales y Cornualles tras las conquistas sajonas. Eran unos primos que vivían lejos y que luchaban su propia guerra, pero que se veían como una suerte de Preste Juan para sus parientes del sur. Algunos de estos reinos (como el propio Gododdin) estaban al norte del Muro de Adriano y estaban más emparentados con los del sur por linajes ancestrales de las tribus prerromanas (los Gododdin son los descendientes de los Votadini) que por compartir una cultura romana intensa. También aquí lo clava, porque oímos a los protagonistas llamarse a sí mismos romanos, y no britanos, ya que se consideraban legítimos ciudadanos romanos (y aun soñaban con la vuelta de las legiones algún día). Vamos, para no enrollarme más, que el autor conoce la cultura galesa.
- Fue psicólogo y trabajó como tal para el Ministerio de Defensa británico. Y eso se nota. Se nota mucho. Los personajes tienes unos comportamientos y unas motivaciones de un realismo absoluto. Y, lo que es más importante en este tipo de literatura, se muestra como les afecta la guerra de un modo perfecto.
Me ha impresionado el modo en el que supo recrear el periodo. Ya sabréis que soy un frikazo de la Edad Oscura en Britania, pues bien, no es que no le haya podido sacar un solo fallo, es que el amigo James hizo una maravilla con este libro. Se siente la cultura, las tradiciones, los usos, el modo de guerrear, el modo de comer y beber, las relaciones... de un modo asombrosamente vívido. Ya os conté algo de esto en el artículo sobre las cotas de malla, pues bien, por ahí van todos los tiros. De 10.
Otro punto importante es el narrador. Recomiendo este libro a cualquiera, pero sobre todo a los jugadores de rol que no sepan cómo era un bardo realmente. De hecho he comentado esto alguna vez en foros de wargames históricos y demás... también a esos foreros se lo recomiendo.
Aneirin no es un moñas con un laúd. Es un instrumento político muy importante. Que cante tus virtudes y que haga mofas del rey del reino vecino es una de las mejores formas de propaganda política en el mundo antiguo.
Pero un bardo es también un poeta guerrero. No se trata de ningún hermano Grimm que recoge lo que le cuentan en los pueblos; él está ahí, en primera línea de batalla, y tiene una importantísima labor como reportero de guerra. Como ha sucedido hasta la actualidad estas crónicas bélicas son parciales, claro, pero su labor no es solo narrar los hechos. También tiene un papel importante como panagerista encargado de recoger y hacer recordar las hazañas de todos los hombres caídos en combate. En su sociedad pocos papeles son más importantes que el de aquel cuya labor es asegurar la vida eterna (en un sentido homérico) de los hombres caídos en la batalla.
Para muchos la chicha de una novela histórica son las batallitas, y si he dicho que John James supo ser realista tampoco nos va a decepcionar aquí. Pero no nos encontraremos con las descripciones hollywoodienses y con toque gore de Cornwell. Los hechos son duros y descarnados, pero miramos a través de los ojos del guerrero y no dirigimos la mirada hacia cuerpos destrozados, ni aspiramos el olor de los intestinos sajados del compañero de muro de escudos. ¿Qué hombre en sus cabales haría eso? James nos muestra el salpicón de sangre, sí, pero volvemos la mirada y nos intentamos abstraer, lo importante es la batalla, mirar de donde viene el siguiente golpe del enemigo, guardando tan solo el nombre del compañero caído para no darle la traición del olvido.
Aun así desde luego hay horror. En concreto esa "horrorizada fascinación" que atrae nuestra mirada hacia la cabeza empalada en la pica como esa pulsión primordial que nos hace maravillarnos con la visión del fuego.
Tenemos presentes los horrores de la guerra, brutalidades que ningún hombre siquiera fantasearía en tiempos mejores pero, como decía, los vemos solo de reojo.
En este sentido el autor brilla como psicólogo; resulta fascinante la lucha interior del protagonista, que no deja de ser consciente de las atrocidades a las que están sometiendo a otros seres humanos al tiempo que se esfuerza por deshumanizarlos para no enloquecer con las cosas que se ve obligado a hacer. Desde luego lo borda en este punto. Magnífico.
Generalmente se suele decir que una novela histórica es buena si, incluso siendo conocido el desenlace, esta logra atraparte. Personalmente conocía Y Gododdin y los hechos de la batalla de Catraeth y no solo ha conseguido atraparme, si no que me ha puesto a lomos de un caballo britano y me ha hecho cargar junto a los nobles de las casas de Britania contra los muros de escudos anglosajones.
Supongo que la mezcla de todo esto es la que ha conseguido llevarme a un estado de fascinación total, poniéndome al borde de la más derrotada emoción en las páginas finales. Homérico en todos los sentidos.
La novela es deliberadamente confusa en algunos aspectos. Gafapasta Antisocial me comentaba en el artículo anterior si esa referencia a Camelot denotaba cierta vertiente fantástica. Y es que aquí también se manifiesta la acertada ambientación del autor. Sabemos que existió un tal Vortigern y que para unos fue bueno y que para otros fue malo. Hemos oído hablar de un tal Uthyr. Soñamos con un pendragón que unifique las casas de los reinos britanos contra los sajones. Nos han dicho que la fortaleza romana de Caerleon (que ahora algunos llaman "Camelot") mantiene su antigua gloria, que ningún hombre de la actualidad podría hacer algo así y que, sin duda, los romanos contaban con la ayuda de gigantes o de algún mago poderoso.
Incluso el factor religioso está estupendamente tratado. Somos decididamente cristianos, pero mantenemos algunas costumbres sincréticas y, por alguna razón, podría decirse que somos más marianos que cristianos. Despreciamos y tememos a los paganos anglosajones. No dudamos del poder de Dios pero, ¿quién sabe qué extraños poderes tendrán sus brujos (los cuales sin duda son servidores de demonios)?
La novela ha sido publicada en castellano por la editorial Pàmies, a la que hay que reconocerle la estupenda labor que está realizando trayendo interesantísimas novelas históricas inéditas en castellano.
Donde tengo que poner mis peros es (como viene siendo habitual) en la traducción. En concreto con el título. Entiendo que "La Lucha por Britania" vende muy bien, pero te has cargado el espíritu del libro. En el original es "Men went to Cattraeth", que hace referencia a uno de los versos, expone la trama y es una muestra más de la maravillosa contextualización con la época y el narrador. No vamos a pedirle peras al olmo y esperar que el lector español medio (o la víctima media de la LOGSE) vaya a saber qué diablos es Cattraeth y a pillar la gracia del título, pero no habría estado mal un poco de respeto al autor, al menos.
Dentro de la novela hay algunos topónimos que me han resultado molestos, pero que no sé si son cosa del autor o de de la libre creatividad del traductor, habría que leerlo en original para estar seguro. Pero es que usar el nombre York en lugar de Eboracum, Cardiff en lugar de Caer Dydd, o Cornualles en vez de Kernow chirría un poco.
Otro de los puntos que merece una severa flagelación es la portada. Perdonadme el exabrupto pero, ¿qué mierdas tienen que ver unos jinetes normandos con el siglo VI-VII? ¿Y el tipo en primer plano que parece una suerte de Eduardo el Zanquilargo sacado de la portada de un Age of Empires?
Si, el grafismo es muy bonito, pero vaya mierda. Una cagada total. Tanto que ni siquiera la voy a poner para ilustrar este artículo.
Un 10/10. Cualquiera interesado en el periodo, o en la novela histórica en general va a gozar con este libro. Y quienes sienten ciertos reparos por el género tienen uno de los más brillantes exponentes (y a la vez tan distinto) que les fascinará.
Recomendable totalmente. Imperdible.
Nos encontramos en la isla de Britania, corre el año 600 aproximadamente y acompañamos a uno de los bardos más importantes de la Historia: Aneirin, que será nuestro narrador.
¿Por qué es famoso Aneirin? Por ser el autor de una de las más importantes obras del periodo bajomediaval (o de la antigüedad tardía) conocido con el original nombre de El Libro de Aneirin. Dentro de este libro la parte más conocida e importante es el poema titulado Y Gododdin. En Y Gododdin Aneirin nos narra la suerte del reino de Gododdin (que vendría a ser el territorio alrededor de la actual Edimburgo) en su campaña militar contra el reino anglo de Deira (que se extendía al norte del río Humber, y que más tarde se convertiría en Nortumbría [la actual Northumberland, o "Tierra al Norte del Humber" literalmente]).
Si conocéis Y Gododdin ya sabéis cómo termina todo esto. Si no no quiero quitaros esa parte de emoción de la novela.
John James, el autor de la obra, poseyó un par de rasgos que facilitaron la excelencia de la novela:
- En primer lugar era galés, y eso se nota porque nos está hablando de las gentes del Hen Ogledd. El Hen Ogledd o "Viejo Norte" son los reinos britanos que quedaron aislados de las actuales Gales y Cornualles tras las conquistas sajonas. Eran unos primos que vivían lejos y que luchaban su propia guerra, pero que se veían como una suerte de Preste Juan para sus parientes del sur. Algunos de estos reinos (como el propio Gododdin) estaban al norte del Muro de Adriano y estaban más emparentados con los del sur por linajes ancestrales de las tribus prerromanas (los Gododdin son los descendientes de los Votadini) que por compartir una cultura romana intensa. También aquí lo clava, porque oímos a los protagonistas llamarse a sí mismos romanos, y no britanos, ya que se consideraban legítimos ciudadanos romanos (y aun soñaban con la vuelta de las legiones algún día). Vamos, para no enrollarme más, que el autor conoce la cultura galesa.
- Fue psicólogo y trabajó como tal para el Ministerio de Defensa británico. Y eso se nota. Se nota mucho. Los personajes tienes unos comportamientos y unas motivaciones de un realismo absoluto. Y, lo que es más importante en este tipo de literatura, se muestra como les afecta la guerra de un modo perfecto.
Me ha impresionado el modo en el que supo recrear el periodo. Ya sabréis que soy un frikazo de la Edad Oscura en Britania, pues bien, no es que no le haya podido sacar un solo fallo, es que el amigo James hizo una maravilla con este libro. Se siente la cultura, las tradiciones, los usos, el modo de guerrear, el modo de comer y beber, las relaciones... de un modo asombrosamente vívido. Ya os conté algo de esto en el artículo sobre las cotas de malla, pues bien, por ahí van todos los tiros. De 10.
Catraeth en miniatura ¡Wow! |
Aneirin no es un moñas con un laúd. Es un instrumento político muy importante. Que cante tus virtudes y que haga mofas del rey del reino vecino es una de las mejores formas de propaganda política en el mundo antiguo.
Pero un bardo es también un poeta guerrero. No se trata de ningún hermano Grimm que recoge lo que le cuentan en los pueblos; él está ahí, en primera línea de batalla, y tiene una importantísima labor como reportero de guerra. Como ha sucedido hasta la actualidad estas crónicas bélicas son parciales, claro, pero su labor no es solo narrar los hechos. También tiene un papel importante como panagerista encargado de recoger y hacer recordar las hazañas de todos los hombres caídos en combate. En su sociedad pocos papeles son más importantes que el de aquel cuya labor es asegurar la vida eterna (en un sentido homérico) de los hombres caídos en la batalla.
Para muchos la chicha de una novela histórica son las batallitas, y si he dicho que John James supo ser realista tampoco nos va a decepcionar aquí. Pero no nos encontraremos con las descripciones hollywoodienses y con toque gore de Cornwell. Los hechos son duros y descarnados, pero miramos a través de los ojos del guerrero y no dirigimos la mirada hacia cuerpos destrozados, ni aspiramos el olor de los intestinos sajados del compañero de muro de escudos. ¿Qué hombre en sus cabales haría eso? James nos muestra el salpicón de sangre, sí, pero volvemos la mirada y nos intentamos abstraer, lo importante es la batalla, mirar de donde viene el siguiente golpe del enemigo, guardando tan solo el nombre del compañero caído para no darle la traición del olvido.
Aun así desde luego hay horror. En concreto esa "horrorizada fascinación" que atrae nuestra mirada hacia la cabeza empalada en la pica como esa pulsión primordial que nos hace maravillarnos con la visión del fuego.
Tenemos presentes los horrores de la guerra, brutalidades que ningún hombre siquiera fantasearía en tiempos mejores pero, como decía, los vemos solo de reojo.
En este sentido el autor brilla como psicólogo; resulta fascinante la lucha interior del protagonista, que no deja de ser consciente de las atrocidades a las que están sometiendo a otros seres humanos al tiempo que se esfuerza por deshumanizarlos para no enloquecer con las cosas que se ve obligado a hacer. Desde luego lo borda en este punto. Magnífico.
Generalmente se suele decir que una novela histórica es buena si, incluso siendo conocido el desenlace, esta logra atraparte. Personalmente conocía Y Gododdin y los hechos de la batalla de Catraeth y no solo ha conseguido atraparme, si no que me ha puesto a lomos de un caballo britano y me ha hecho cargar junto a los nobles de las casas de Britania contra los muros de escudos anglosajones.
Supongo que la mezcla de todo esto es la que ha conseguido llevarme a un estado de fascinación total, poniéndome al borde de la más derrotada emoción en las páginas finales. Homérico en todos los sentidos.
La novela es deliberadamente confusa en algunos aspectos. Gafapasta Antisocial me comentaba en el artículo anterior si esa referencia a Camelot denotaba cierta vertiente fantástica. Y es que aquí también se manifiesta la acertada ambientación del autor. Sabemos que existió un tal Vortigern y que para unos fue bueno y que para otros fue malo. Hemos oído hablar de un tal Uthyr. Soñamos con un pendragón que unifique las casas de los reinos britanos contra los sajones. Nos han dicho que la fortaleza romana de Caerleon (que ahora algunos llaman "Camelot") mantiene su antigua gloria, que ningún hombre de la actualidad podría hacer algo así y que, sin duda, los romanos contaban con la ayuda de gigantes o de algún mago poderoso.
Incluso el factor religioso está estupendamente tratado. Somos decididamente cristianos, pero mantenemos algunas costumbres sincréticas y, por alguna razón, podría decirse que somos más marianos que cristianos. Despreciamos y tememos a los paganos anglosajones. No dudamos del poder de Dios pero, ¿quién sabe qué extraños poderes tendrán sus brujos (los cuales sin duda son servidores de demonios)?
Catraeth (actual Catterick) tras las líneas britanas |
Donde tengo que poner mis peros es (como viene siendo habitual) en la traducción. En concreto con el título. Entiendo que "La Lucha por Britania" vende muy bien, pero te has cargado el espíritu del libro. En el original es "Men went to Cattraeth", que hace referencia a uno de los versos, expone la trama y es una muestra más de la maravillosa contextualización con la época y el narrador. No vamos a pedirle peras al olmo y esperar que el lector español medio (o la víctima media de la LOGSE) vaya a saber qué diablos es Cattraeth y a pillar la gracia del título, pero no habría estado mal un poco de respeto al autor, al menos.
Dentro de la novela hay algunos topónimos que me han resultado molestos, pero que no sé si son cosa del autor o de de la libre creatividad del traductor, habría que leerlo en original para estar seguro. Pero es que usar el nombre York en lugar de Eboracum, Cardiff en lugar de Caer Dydd, o Cornualles en vez de Kernow chirría un poco.
Otro de los puntos que merece una severa flagelación es la portada. Perdonadme el exabrupto pero, ¿qué mierdas tienen que ver unos jinetes normandos con el siglo VI-VII? ¿Y el tipo en primer plano que parece una suerte de Eduardo el Zanquilargo sacado de la portada de un Age of Empires?
Si, el grafismo es muy bonito, pero vaya mierda. Una cagada total. Tanto que ni siquiera la voy a poner para ilustrar este artículo.
Un 10/10. Cualquiera interesado en el periodo, o en la novela histórica en general va a gozar con este libro. Y quienes sienten ciertos reparos por el género tienen uno de los más brillantes exponentes (y a la vez tan distinto) que les fascinará.
Recomendable totalmente. Imperdible.
Gododdin, gomynaf oth blegyt
yg gwyd cant en aryal en emwyt: ...
Er pan want maws mur trin,
er pan aeth daear ar Aneirin,
nu neut ysgaras nat a Gododin.
yg gwyd cant en aryal en emwyt: ...
Er pan want maws mur trin,
er pan aeth daear ar Aneirin,
nu neut ysgaras nat a Gododin.
Madre mía, vaya cuelgue. Espero que no te dé por poner cabezas en picas (La de los que te flamean por internete por ejemplo, a la puerta de la entrada del Barbas)
ResponderEliminarEn este tipo de novelas siempre me asaltan muchas dudas. Y es que se sabe muy poco de este periodo concreto en la isla británica, y en Europa occidental en general. Creo que por mucho que den sensación de realismo, hay que seguir tomándolas como novelas, ficción.
Un tio abuelo mío repetía una frase: "Pudo haber sido así, y no haber ocurrido nunca."
Desde luego cómo madrugas, que yo esto lo pongo como programado :D
EliminarLo bueno de los espacios en blanco es que son espacio para el novelista histórico. Si es bueno lo rellena de excelencia, si es malo lo rellena de caca.
Hay otro dicho: "Se non è vero, è ben trovato" ;)
Buena "review". Otra novela más que tendré que comprar por tu culpa, aunque probablemente la compre en inglés a Amazon por lo que has dicho de la traducción.
ResponderEliminarCornwell es el Stephen King de la novela histórica. En este sentido me gustaría que me dijeras si John James es bueno en esto, como novelista, o si este título sólo es bueno por sus refencias históricas.
Para mi lo mejor de una historia es cómo me la cuentan, no la historia en sí.
Un saludo,
Pues sí, mira, buen símil :)
EliminarPongo a John James entre los grandes de la histórica. Junto a Javier Negrete o el mejor Wallace Breem, por ejemplo.
Dejando a un lado el género como literatura sin etiquetas es buena literatura.
Vas a tener que tirar de libro de segunda mano si buscas por Amazon, pero creo que merecerá la pena.
Joder, qué guapo todo! Me ha encantado tu valoración del libro, muy fluida y vibrante. Escribes tan bien que me haces preguntarme si estudias/trabajas en algo de Letras...
ResponderEliminarReleyéndolo un poco me saco fallos, pero gracias por el comentario :blush:
EliminarSoy escritor frustrado (o inconstante) (o pusilánime) :P
Pues nada. Ahora si que sí, este cae.
ResponderEliminarSeguro que te chana ;)
EliminarLo primero Víctor, es que para nada eres escritor frustrado, inconstante, puede, porque a mí me has "transmitido" todo lo que querías. También me voy a comprar el libro, por desgracia mía, tendrá que ser la traducción. Aunque interpreto que tú lo has leído en castellano y te ha seguido atrapando.
ResponderEliminarEl libro de Aneirin ¿se puede encontrar en castellano? ¿También lo recomiendas?
Gracias por los comentarios :)
EliminarDesconozco si es posible encontrar El Libro de Aneirin en castellano. Sí se puede encontrar de forma libre en inglés (y en galés original) por la red en el Proyecto Guttemberg y sitios similares:
http://www.gutenberg.org/ebooks/9842
http://www.maryjones.us/ctexts/aindex.html
Es bonito pero duro, es un estilo arcaico que puede resultar difícil de leer.
Intentaré encontrarlo.
ResponderEliminarEstoy leyendo ahora el Leabhar Ghabhála, y me cuesta (además de que tengo que cogerlo a ratos muertos), pero me gusta leer ese tipo de libros.
Ese sí lo he leído en castellano.
EliminarAunque en una edición un tanto "espiritual" que no me gustó mucho.
Ya te digo yo que me está costando bastante leerlo. En fin, gracias...
EliminarOtro apuntado para ver si me lo regalan en el día de Mitra :P
ResponderEliminarEn honor al mitreo de Londinium ;)
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