Los frikis se van de marcha


Este sábado ha tocado salir "de fiesta".
Hace meses que no salgo por la zona de marcha local y el motivo esta vez ha sido, una vez más, intentar liar a un friki con una amiga de mi novia.
Como era de esperar ha sido un fracaso total (otra vez).
Podríamos entrar aquí a discutir por qué esa falta de garra de los frikis entre los miembros del bello sexo, pero eso daría para mucho y hoy me toca hablar de bares.

Odio los bares (si, parece que este va a ser uno de esos monólogos sobre cosas que odio).
En primer lugar está la música. La tenemos, principalmente, en tres variantes:
a) Chundachunda, o techno o como quieran llamarla. Tal vez mereciese incluso un artículo propio, pero mis pensamientos se pueden sinsetizar en que ni siquiera la considero música y qué es una agresión sonora abominable.
b) Pachangueo. Englobando a los últimos triunfitos, el pelanas de turno haciendo apología de la droga, la jamona recurrente y de efímera vida musical y la última aberración: el reguetton. A cada cual peor.
c) Música ratonera. Este término -que plagio a mi padre a falta de uno mejor para definirlo- se aplica a toda aquella música que, francamente, suena mal. Referido a todos aquellos grupos que hacen lo que ellos llaman "rock de protesta", "radikal" (con K porque son así de malotes) y similares. Algunos también hacen apología de la droga porque queda así como pendenciero y atrevido. Guitarras maltratadas, baterías aporreadas sin orden ni concierto... ese tipo de cosas pero, por encima de todo, un "cantante" con una voz ronca y chillona (si acaso esto es posible) que entiende que cantar es gritar y al que, por supuesto, no se le entiende nada (esto a lo mejor no es tan malo).

Ayer estaba el tipo del bar donde fuimos a parar pinchando su musiquilla en un ordenador usando el Winamp.
Y allí estaba yo, escuchando la música de los tipos b) y c) que nos ponía un sujeto al que, claramente, su vestimenta definía como perteneciente a los fans de la música del grupo c).
Ahí se planteo una de mis preguntas recurrentes en esos momentos, "¿qué demonios hago yo aquí escuchando como este individuo ofende mis oídos con Marea (o lo que demonios sea esto que está atronándome) cuando podría ir a mi casa, encender mi ordenador y escuchar, qué se yo, Dead Can Dance, Loreena McKennitt o Savina Yannatou?"
Pero, nada, había que aguantar y asumir que no se hizo la miel para el hocico del burro y que la Yannatou no ha sabido hacer que la música griega triunfe entre los adolescentes.

Dentro del problema de la música hórrida que hemos de sufrir no es menos importante el tema del volumen. Brutal. Tienes que gritarle en la oreja al tipo de al lado para que pueda entenderte tres de cada cinco palabras.
No debe ser mala idea comercial, no puedes hablar, te mueres de calor (porque parece que todos los bares ponen su aire acondicionado en el nivel "Tropical") y ¿qué puedes hacer si no beber?.
Afortunadamente soy abstemio y el asunto de las bebidas a precios de caviar poco más que me la pela, que diría el castizo.


Una música nauseabunda, un ambiente propio de una patera, precios que harían parecer hermanitas de la caridad a GW... ¿podría ser peor?
Si. Todo se puede empeorar.
Y para eso tenemos el factor humano. Críos de doce años actuando como pequeños cretinos, crías borrachas decorando las esquinas con coloristas secreciones corporales y el makinero ibérico.
¿Qué puedo decir de esa gente? Su sola visión le hace a uno perderse en pensamientos como aquella canción de Krahe...

"Es un asunto muy delicado
el de la pena capital
porque además del condenado
juega el gusto de cada cual
empalamiento, lapidamiento, inyección,
crucifixión, desuello, descuartizamiento,
todas son dignas de admiración.
Pero dejadme, ¡ay!
que yo prefiera,
¡La hoguera!, ¡La hoguera!, ¡la hoguera!
la hoguera tiene... que sé yo,
Que solo lo tiene la hoguera."

¿Merece esta gentuza un artículo propio? Desde luego que sí.
¿Ahora? No, ahora no. Son las tantas y me apetece volver con Aníbal, de Gisbert Haefs
uhmmm... yo con mi elefante y una calle llena de makineros... dulces sueños, niños.

Comentarios

  1. Anónimo9:51 p. m.

    El foro no está mal, pero no me gusta que hables mal de Marea. Este no es un grupo de esos anarkistas que has citado, ya que sólo se dedican ha hacer canciones de amor al más puro estilo de Extremoduro (estos sí que no me podrás decir que son malos). Un saludo.

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  2. Si, Marea se parecen mucho a Extremoduro.
    De hecho diría que son una copia descarada de Extremoduro.

    Extremoduro tienen algunas letras buenas, pero el estilo es ratonero y no me gusta.

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